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Crítica:FERIA DE FALLAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Juli, pletórico

Un Juli pletórico; un Ponce encastado. La suerte fue por barrios y le sonrió al visitante. Suerte y acierto al mismo tiempo. Juli sorteó tres toros, no muy allá de casta, que consentidos y sometidos a su muleta se convirtieron en toros válidos. A Ponce fue a parar, en quinto turno, un castaño muy complicado. De examinar a un torero. La prueba la superó Ponce, mas tuvo que sudar la camiseta para que ese marrajo de toro no se le subiera más arriba de la barba.

La tarde tuvo tres capítulos culminantes, en segundo, quinto y sexto toro. Por diferentes motivos. Lo del segundo y sexto fue una demostración de poderío, de dominio, de buen toreo. Salió El Juli a revienta caldera en el segundo: un racimo de verónicas ganando terreno y el remate en los medios. La mecha estaba encendida. Un quite por tafalleras, entre dos entradas al caballo de match nulo, y el toro que se pone a escarbar. Dudas en ese toro. La cara arriba. A El Juli le duró un suspiro hacerse con él. Impuso su autoridad antes de que el toro conociera sus intenciones. Dos series con la derecha y el de Zalduendo en el saco y entregado. Gobierno total del torero. Más mérito que brillo con la muleta en la izquierda. Y un cambiado por la espalda de sorprendente improvisación. Pies firmes, mano de látigo, cabeza de privilegio. Mató a ese toro El Juli de una estocada de alta escuela. No sería la única.

ZALDUENDO / PONCE, JULI

Toros de Zalduendo, desiguales de presentación y juego.

Enrique Ponce: media corta y descabello (silencio), estocada (oreja); pinchazo bajo, descabello -aviso- y cinco descabellos más (saludos).

El Juli: estocada (dos orejas); pinchazo y estocada rinconera (saludos); estocada (dos orejas).

Plaza de Valencia, 16 de marzo. 6ª de feria. Lleno.

Al cuarto toro le costó más embestir, que lo hacía al paso. Atacó de cara El Juli y le enseñó la muleta en pantalla panorámica para que no se perdiera. Y le consintió. Faena de poca galería. Más íntima. Quiso matar a recibir y soltó un pinchazo. Luego se fue al rincón y abandonó la muleta en el encuentro.

El sexto, al igual que el quinto, fueron los toros más ofensivos de una corrida demasiado justa de todo. Manseó en varas, pero disparó el único momento de rivalidad de la tarde: un quite espectacular de El Juli por lopecinas con remate de rodillas y réplica por chicuelinas de Ponce, de mano baja. Y otra traca de El Juli tras el brindis a Ponce. No muy convencido el toro de entrada, fue sitiado y apabullado por la muleta de El Juli. Rendido el de Zalduendo, Juli volvió a reinar como dueño y señor de la situación. Y otra estocada fulminante de modélica ejecución.

A Enrique Ponce fue a parar en quinto turno un marrajo de enciclopedia. Muy mal lidiado, entró tres veces al caballo pero se quedó como de rositas. Tarascadas a diestro y siniestro, sobre todo por el pitón derecho. La faena, una mezcla de toreo decimonónico y moderno. Puso el toro aquél pitón en semáforo en rojo y Ponce se fue a por el izquierdo, que estaba en ámbar. Robó literalmente naturales de gran mérito. Una lucha de amor propio y vergüenza torera. Con el tercero, Ponce lució a compás cerrado sobre la mano derecha. Antes de todo eso, con el desagradecido primero, no terminó de encontrarse cómodo.

El Juli logró un triunfo incontestable en la sexta de feria y salió a hombros.
El Juli logró un triunfo incontestable en la sexta de feria y salió a hombros.MÓNICA TORRES

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