Las legislativas colombianas impulsan la carrera presidencial de Santos
El ex ministro de Defensa confía en ganar en primera vuelta el 30 de mayo
"Ganó el partido de la U. ¡El partido del presidente Álvaro Uribe!" gritó en la madrugada de ayer el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, principal aspirante a suceder a Uribe al frente del Gobierno colombiano en las elecciones del 30 de mayo. El uribismo y sus aliados conservadores arrasaron en las legislativas del domingo y el triunfalismo campa a sus anchas en las filas del centro-derecha. El propio Santos ha salido tan reforzado de estos comicios que en su primer discurso tras conocerse los resultados dejó claro que cree que ganará en primera vuelta, sin necesidad de alianzas.
El Partido de la U, que nació hace cuatro años para apoyar la reelección de Uribe, duplicó el número de votos y mantiene los 28 escaños que le dan la mayoría en el Senado. Hace cuatro años obtuvo 20 y llegó más tarde a 28 gracias al transfuguismo. El Partido Conservador, el otro gran grupo de la coalición de Gobierno, también ganó. Subió de 18 a 24 senadores. Pero su suerte con vistas a las presidenciales es incierta. Por demoras en el recuento de votos de las internas aún no se sabe quién es su candidato: la ex embajadora en España Noemí Sanín o el ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias. Con Sanín los conservadores apuestan por ir en solitario a las elecciones. Si el candidato es Arias se plantean unirse a la fórmula de la U.
La división debilita a los conservadores a pesar del buen resultado electoral
El reto del partido es mantenerse unido tras una dura campaña plagada de recriminaciones y de una reñida y confusa disputa en las urnas. Con el 52% escrutado, Sanín mantenía ayer una escasa ventaja de 400 votos sobre su rival. Las dos facciones están nerviosas y se acusan de engaño y exigen transparencia. Ayer, Uribito -como se apoda a Arias por ser el político favorito del presidente- se apresuró a declararse ganador. Pero un nuevo recuento comienza hoy y probablemente se alargue hasta finales de la semana.
Arias critica a Sanín por su poca coherencia: atacó a Uribe en las elecciones de 2002, lo llamó "paramilitar", y luego aceptó ser su embajadora y hasta defendió la reforma que le permitió la reelección. "Yo jamás me robaría el dinero de los campesinos pobres", replicó ella recalcando el escándalo por el reparto de ayudas agrícolas que implica a Arias. La justicia lo investiga por favorecer a los terratenientes uribistas.
Rafael Pardo, candidato del opositor Partido Liberal, valoró muy positivamente el resultado de su grupo en las legislativas. Y tiene razones. Sin apoyos oficiales y tras ocho años en la oposición, mantener el número de senadores en 18 es un triunfo. También Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, cantó victoria. Este nieto de uno de los más importantes ex presidentes liberales se alejó del uribismo por el intento del presidente de optar a un tercer mandato. Cambio Radical cuenta con ocho senadores. Este partido y los liberales intentaron forjar una alianza, pero fracasaron. La U y los conservadores cuentan a Vargas Lleras entre sus aliados.
El gran batacazo fue para el PIN (Partido de Integración Nacional), la gran coalición de partidos uribistas que quedaron debilitados después de que muchos de sus miembros fueran acusados de tener vínculos con el paramilitarismo de extrema derecha. Lograron nueve senadores y se sitúan como cuarta fuerza política del país. Por este partido se sentarán en el Senado, entre otros, la hermana de Álvaro El Gordo García, condenado a 40 años de prisión por su participación en una matanza de los paras. "Apoyaremos al candidato que siga con las buenas políticas de Uribe y tenga buena propuesta social", dijo ayer un portavoz del PIN. Santos eludió la pregunta sobre si aceptará o no este apoyo.
Otros grandes perdedores fueron Gustavo Petro, del izquierdista Polo Democrático, y el independiente Sergio Fajardo. Los dos políticos son los más valorados en las encuestas para las presidenciales detrás de Santos. Petro reconoció un "estancamiento" en su partido. Fajardo anunció que seguirá en la lucha. No sería el primero que, sin tener bancada propia, llegue a la presidencia. Ocurrió con Uribe en 2002.
La gran sorpresa la dio el Partido de los Verdes. Nadie apostaba por esta novedosa fórmula de tres exitosos ex alcaldes de Bogotá que apostaron por un mensaje moderado. Tienen cinco senadores y un candidato a la presidencia: Antanas Mockus.
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