EE UU profundiza su ofensiva en el sur de Afganistán
El objetivo es cercar la ciudad de Kandahar este verano
La Administración norteamericana, cuyos máximos responsables de seguridad se reunieron ayer en la situation room de la Casa Blanca en una larga sesión de trabajo sobre Afganistán, ha decidido profundizar el avance de sus tropas hacia el sur de ese país con el objetivo de ocupar o cercar la ciudad de Kandahar este verano, de forma paralela a las negociaciones emprendidas por el presidente Hamid Karzai.
En la reunión, presidida por Barack Obama, el secretario de Defensa, Robert Gates, informó sobre los resultados de su viaje esta semana a algunos de los escenarios afganos en los que se procede actualmente al refuerzo de tropas para una nueva ofensiva de gran envergadura. Participaron en la discusión la secretaria de Estado, Hillary Clinton; el consejero nacional de Seguridad, James Jones; el director de la CIA, Leon Panetta, y los principales responsables militares y civiles en Afganistán y Pakistán, entre ellos el jefe del comando regional, general David Petraeus, y el jefe de la misión afgana, general Stanley McChrystal, este último por videoconferencia.
El Pentágono admite la posibilidad de acelerar la retirada de las tropas
La valoración que los mandos norteamericanos hacen de los acontecimientos de las últimas semanas en Afganistán es la de que la guerra ha entrado definitivamente en una dinámica favorable: las fuerzas de la OTAN han retomado la iniciativa, la ofensiva de Marjah ha sido un éxito, la ciudad, que antes era un bastión talibán, se considera ahora plenamente bajo control del Gobierno de Kabul y los talibanes están a la defensiva en todo el sureste del país.
Las perspectivas son tan optimistas que el Pentágono ha admitido la posibilidad de que el comienzo de la retirada de tropas se adelante algo sobre la fecha prevista, julio de 2011.
Antes de eso, según los responsables militares, es necesario consolidar los progresos alcanzados y continuar el avance. "Estamos en un área que una vez más va a ser muy importante en la fase decisiva de esta guerra. Una vez más ustedes serán la punta de lanza", dijo esta semana Gates a una unidad de marines estacionada en la región de Kandahar, que da nombre a su capital y la segunda mayor ciudad del país.
Kandahar es una ciudad de cerca de un millón de habitantes considerada el mayor símbolo religioso y centro comercial de los pastunes, la etnia a la que pertenecen la mayoría de los talibanes. Actualmente está bajo control de las fuerzas rebeldes. Su caída en manos de la OTAN significaría un golpe quizá decisivo para el curso de la guerra.
Estados Unidos no va a intentar, sin embargo, un asalto inmediato ni es seguro que lo vaya a hacer más tarde. De momento, el plan norteamericano es concentrar en sus alrededores al grueso de los 30.000 soldados que deben de llegar a Afganistán en las próximas semanas. Sólo 6.000 de ellos están ya sobre el terreno, de los cuales 2.500 fueron los marines que iniciaron el ataque a Marjah hace poco más de un mes.
La estrategia para la segunda fase de esa ofensiva será diferente. "No habrá un día D", ha advertido el general McChrystal, "habrá una escalada progresiva de medidas de seguridad". De hecho, ya se está produciendo. Gates visitó a tropas que son parte de esa escalada. El propósito es crear tal concentración de tropas en torno a Kandahar que haga evidente la situación desesperada de los talibanes y la capacidad militar de la OTAN de entrar en la meca espiritual de los pastunes.
Al mismo tiempo, según los planes que Gates discutió con Hamid Karzai, el presidente afgano intentará hacer progresos en su propuesta de reconciliación nacional. El Gobierno de Kabul confirmó esta semana que a finales de abril o primeros de mayo se celebrará una conferencia de paz (lo que en el lenguaje de la zona se conoce como jirga) en la que participarán líderes de diferentes tribus y autoridades locales, algunos de ellos enfrentados a Karzai. El propósito del presidente es que también acudan a ella representantes de los talibanes, o al menos de los sectores que están dispuestos a poner fin a la guerra.
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