Ultimátum del Gobierno a la Xunta para que modifique la ley de cajas

"Estimado Alfonso [Rueda]. Con ledicia continúo esta intensa relación epistolar tentando dar cumprida resposta aos temas que formulas". Así empieza la carta que, escrita íntegramente en gallego, envió ayer el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, a la Xunta. Son tres folios que, frente a lo que pudiera parecer, tienen poco de amistoso y mucho de ultimatum para negociar cambios en la ley gallega de cajas.

En ella Zarrías enumera las modificaciones que ve necesarias en el articulado de la ley y le indica el camino al conselleiro para que recoja que las fusiones sólo se aprueban con mayoría cualificada de los asistentes. También le reclama que introduzca de forma explícita que la renovación de los consejeros será "parcial", y no "total", como figura en la norma. Sin esos cambios previos, advierte Zarrías, sería inútil retomar las negociaciones

Beiras lamenta que su partido deje que el PP haga lo que quiera en este debate

En la Consellería de Facenda, cuya titular encabeza con Alfonso Rueda las negociaciones, la carta no pudo sentar peor. Un portavoz la calificó de "falta de respeto a Galicia", e insistió en que "demuestra el abuso de poder que está ejerciendo el Estado". El tira y afloja, enquistado desde hace semanas, da ya pocas salidas al Ejecutivo gallego si no quiere que el recurso se eternice en el Tribunal Constitucional.

Horas antes de que el ministerio hiciese pública la misiva, el asunto de las cajas volvía a copar minutos en el Parlamento autónomo. Desde que comenzó el año, los debates sobre política financiera entre el Partido Popular y el BNG son de guante blanco. Cuando en diciembre populares y nacionalistas pactaron primero su apuesta por la fusión y después la ley de cajas en el Parlamento, sellaron además un pacto de no agresión en este campo que hace del PSOE un enemigo común. Ayer, volvió a quedar patente en la sesión de control al Gobierno.

El portavoz del BNG, Carlos Aymerich, apremió al presidente de la Xunta para que presente el recurso de inconstitucionalidad contra el Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB) y aplique aquellos artículos de la ley de cajas que no están en discusión: los que afectan a la renovación de los órganos de gobierno y permitirían remover a Julio Fernández Gayoso, que se opone a la fusión.

Con un tono que sorprendió incluso entre algunos dirigentes del PP, Aymerich pidió a Feijóo que pasase de las palabras a los hechos y le invitó a dar pasos decididos para integrar las dos cajas gallegas. "Comprenderá que de un presidente que no muestra demasiado apego por la lengua ni por nuestras competencias, aunque en el discurso sí parece demostrarlo, esperamos que pase de las declaraciones a los hechos". Fue el mayor reproche del BNG, que recordó que la dirección nacional del PP intenta eliminar el derecho de veto de las comunidades autónomas, tal y como contiene el documento presentado por su portavoz económico, Cristobal Montoro, en su plan anticrisis.

El presidente respondió a la mano tendida de los nacionalistas: "No nos equivoquemos de aliados ni de enemigos [...] No voy a traicionar la confianza de esta Cámara, no voy a dar un paso atrás y no voy a pactar nada que no sea la fusión de las cajas, señoría, tiene usted mi palabra". Así terminó la pregunta que el Bloque planteó al jefe del Ejecutivo. La alianza que mantienen PP y BNG sobre las cajas, que cuenta con el aval de los tres sindicatos y los empresarios, motivó ayer la protesta del ex portavoz nacional de la organización frentista Xosé Manuel Beiras, quien criticó al BNG por "facilitar que el PP haga lo que quiera" en este asunto.