Sólo uno puede ganar

Varias claves para la 82ª edición de la ceremonia de los Oscar, una gala marcada por una pelea casi bíblica, la del Goliat-Cameron con Avatar contra el David-Bigelow de En tierra hostil.

- El falso enfrentamiento Bigelow-Cameron. La primera llamada que hizo James Cameron (Avatar) tras anunciarse las candidaturas a los Oscar fue a su ex mujer, Kathryn Bigelow (En tierra hostil). Comunicaba, porque ella también le estaba llamando a él. Los dos cineastas favoritos no sólo se llevan muy bien, sino que después de divorciarse en 1991 han continuado consultándose profesionalmente. Cameron leyó muy al inicio del proyecto el guión de En tierra hostil y aconsejó recortar algunas secuencias lentas, cosa que Bigelow no hizo. La cineasta, por su parte, también tuvo muy pronto en sus manos el guión de Avatar; Cameron le telefoneó cuando decidió el reparto. Según el productor de Avatar, Jon Landau, "Bigelow vino a los primeros pases, hace más de año y medio, cuando aún estábamos lejos de acabar". Cameron defiende en todas las entrevistas En tierra hostil y la valía y la importancia de que Bigelow gane el Oscar a la mejor dirección (sería la primera mujer). Igual que Harrison Ford, que debutó como productor en K-19, el thriller bélico que protagonizó dirigido por Bigelow: "Tiene un talento inmenso para hacer interesante lo aburrido. Y, además, tiene muy buena mano con los actores jóvenes". Otra cosa es el Oscar a la mejor película. En tierra hostil ha recaudado en EE UU poco más de 10 millones de euros. Esa ínfima cantidad pesa.

- Perfil bajo para Penélope Cruz. La actriz madrileña lleva semanas en Los Ángeles de encuentro en encuentro. Como asegura su representante: "Aquí, la promoción se hace a saco". Ayer, por ejemplo, llegó a la rueda de prensa con los periodistas latinos a la carrera; venía de los ensayos de la ceremonia, porque ella entregará el primer Oscar, el destinado al mejor actor de reparto. Su tercera candidatura no parece que cuaje, visto el viernes el triunfo de Precious en los Independent Spirit, incluido el galardón a su máxima rival, Mo'Nique. Entre otros actos publicitarios, Cruz apareció en el especial Oscar del programa televisivo de Oprah Winfrey, en el que por parejas, y durante 10 minutos, dos ganadores se entrevistaban entre sí. A la madrileña le tocó Halle Berry.

- El triunfo de Alec Baldwin. Aunque en el escenario habrá dos presentadores, las miradas están puestas en Alec Baldwin. Su compañero Steve Martin -coprotagonista de No es fácil junto a Balddwin- parece un convidado de lujo. Baldwin ha rehecho su carrera en la televisión, en la serie 30 Rock, e intentará manejar una ceremonia que alcanzará las tres horas y media de duración. Habrá dos números musicales, un homenaje al director de comedias John Hughes y el escenario tiene un aire retro que luce muy bien en la pequeña pantalla.

- Los otros latinos. Mientras que el Oscar a la película de habla no inglesa -donde compiten la peruana La teta asustada, de Claudia Llosa, y la argentina El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella- se ha convertido en una explosión de rumores, Javier Recio, con su corto La dama y la muerte, tiene muchísimas posibilidades, que sólo frustrarían las nuevas aventuras de Wallace y Gromit, los personajes clásicos de la productora inglesa Aardman. Su premio será el quinto de la noche.

- Las reglas del juego. Con las 10 candidatas a mejor película los académicos ya no escogen su opción favorita. Se llama voto preferente y la Academia lo utiliza desde 1934 para escoger a los candidatos en todas las categorías. Pero es la primera vez que lo utiliza para elegir un ganador, y sólo en la categoría principal. Todos los miembros de la Academia votan ese galardón y deben hacerlo por orden de preferencia del uno al 10, en primer lugar su favorita, y a partir de ahí, decreciendo. Si en un primer recuento un 50,1 % de los académicos están de acuerdo en el primer nombre, se acabó. Pero con la rivalidad existente probablemente se pasa al segundo repaso; ahora el voto de aquellas papeletas que pusieron en primer lugar la película menos popular de las 10 es redistribuido entre el resto de los títulos según su segunda elección. Por ejemplo, si queda la última District 9, se mira el segundo nombre -pongamos Avatar- de las papeletas que eligieron a la surafricana y el voto va al montón de Cameron. Y así sucesivamente, hasta que alguien consigue la mayoría absoluta.

- Los Oscar híbridos. La Academia se plantea una nueva candidatura, porque hay que hacer algo con los actores sintéticos, producto de la "captura de movimiento digital", el mocap. Personajes como el de Gollum en El señor de los anillos, fruto de la actuación de un actor y de un animador que genera una creación digital, o los Na'vis de Avatar a día de hoy están en tierra de nadie. Asociaciones como la que concede los Globos de Oro o el Sindicato de Actores tienen ya comités para estudiar su inclusión en sus galardones.