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Alerta máxima por la oleada de ataques en el Índico

Los piratas intentan secuestrar cuatro barcos españoles en 48 horas

Es el fin de la temporada de monzón, el tiempo ha mejorado y los piratas han salido de sus guaridas", asegura John Harbour, portavoz de la misión europea contra la piratería en el Índico (Eunavfor). Los 22 atuneros de empresas españolas (13 con pabellón español y 9 con bandera de otros países), a su modo, también han salido de sus escondites. "Mientras hizo mal tiempo, se refugiaron en el canal de Mozambique, y ahora que empieza a estar mejor, han vuelto a salir por la zona de Kenia", afirman fuentes del sector. Así se explican los últimos ataques a atuneros españoles, cuatro en dos días, después de tres meses de relativa calma. Una auténtica oleada que ha puesto la flota en alerta máxima.

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Ayer, a las nueve de la mañana, hora peninsular española, el Intertuna II, con 32 tripulantes a bordo, incluidos tres vigilantes armados, fue atacado a 350 kilómetros de la costa de Kenia, a unos 130 kilómetros del lugar en el que el jueves sufrió un intento de asalto el Albacan, de la misma empresa, Albacora, con sede en Bermeo (Vizcaya).

Además, en una mañana frenética, el Intertuna III, también de Albacora, y el buque auxiliar Artxanda (de la firma Atunsa) lograron eludir a los piratas al detectarlos a tiempo. La Operación Atalanta detuvo a un total de 22 piratas, 11 por la mañana y otros 11 por la tarde sospechosos de haber atacado al Albacan el jueves y al Intertuna II ayer.

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Para hacer frente a la reforzada seguridad de los atuneros, que desde finales del año pasado llevan vigilantes privados y ametralladoras a bordo, los piratas salen de caza en grupos más grandes.

Si antes lo normal es que intervinieran uno o dos esquifes, ayer, el Intertuna II fue acosado por tres embarcaciones (dos esquifes y una lancha de apoyo), según informó la empresa propietaria. Los vigilantes privados intercambiaron disparos con los asaltantes durante unos 30 minutos, hasta que los piratas desistieron. Ningún tripulante resultó herido. Tampoco el barco sufrió daños. El Intertuna II se dirigía anoche al puerto de Vitoria en las Islas Seychelles, donde está previsto que llegue el lunes.

El avión español de patrulla marítima P-3 Orion acudió en auxilio de los barcos españoles. Lanzó botes de humo sobre los piratas para alejarlos del atunero y alertó al cuartel central de la Operación Atalanta.

Posteriormente, esa misma mañana, la fragata francesa Nivose localizó a unas 250 millas náuticas al Este de la Costa de Somalia un buque nodriza y dos esquifes. Aunque sus ocupantes trataron de arrojar por la borda el material que los delataba, los franceses interceptaron un lanzagranadas y varios barriles de combustible. Sus 11 ocupantes, a los que Defensa considera sospechosos del ataque del jueves al atunero vasco Albacan, fueron detenidos, y sus embarcaciones hundidas.

Por la tarde, la Nivose detuvo a otros 11 piratas, sospechosos del ataque al Intertuna II. En este caso, llevaban en sus esquifes fusiles de asalto, un lanzagranadas y un localizador por satélite GPS. Dos barcos franceses también sufrieron ayer sendos ataques piratas, que repelieron los militares que llevan a bordo.

Lo peor, en cualquier caso, está por venir. La temporada alta para los piratas va de abril a junio. Por eso el Ministerio de Defensa quiere enviar al patrullero Vencedora a la zona cuanto antes. Hoy zarpa de Las Palmas, hará una escala en Cartagena y a mediados de mes, cuando termine el monzón de invierno, llegará al Índico. Su objetivo es vigilar los puertos somalíes para neutralizar los buques nodriza desde los que operan los piratas.

La medida forma parte de la nueva estrategia de la Operación Atalanta de intentar atacar el problema de raíz: vigilando sus puertos e instruyendo a somalíes para que puedan formar su propia guarda costera.

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega anunció ayer en el Consejo de Ministros un aumento de medios en esta misión "más allá" del patrullero Vencedora con 102 militares a bordo.

Los responsables de las principales empresas atuneras están, en general, "muy satisfechos" con el Gobierno. "Estas nuevas medidas van a acabar con la impunidad en la zona. Habrá un antes y un después", opina Ignacio Lachaga, presidente del Grupo Albacora. Los armadores de las dos principales asociaciones del sector, Anabac y Opagac, tienen previsto reunirse a partir del lunes para decidir qué medidas tomar ante la escalada.

No obstante, aún no han recibido las ayudas que el Ejecutivo central y el vasco les prometieron para sufragar los gastos del servicio de seguridad privada que desde octubre llevan a bordo los barcos. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ya tiene preparado el borrador de real decreto que regulará estas ayudas y pretende mostrárselo a los atuneros "en breve", según una portavoz.

El Gobierno vasco afirma que parte de las ayudas concedidas al sector para vigilancia privada llegarán de forma inminente. El Ejecutivo dirigido por Patxi López ha destinado dos partidas presupuestarias -292.000 euros en 2009 y 1,4 millones para 2010-. El convenio firmado entre el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca y los armadores contempla que un 25% de la ayuda se adelante a las empresas, mientras que el resto se abonará cuando éstas justifiquen los gastos. Sólo pueden optar a la subvención los buques de bandera española cuyo puerto base esté en Euskadi.

El Albacan, propiedad de una empresa vasca pero con puerto base en Cádiz, no podría optar a ella. El coste de la seguridad privada está entre 35.000 y 40.000 euros al mes por barco.

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