El rehén italiano de Al Qaeda pide a Berlusconi "concesiones" para salvar su vida
El rehén italiano Sergio Cicala, secuestrado en Mauritania junto a su esposa el 18 de diciembre por la rama de Al Qaeda en el Magreb, pidió ayer al primer ministro Silvio Berlusconi que intervenga para salvar su vida a menos de 24 horas de que expire el ultimátum impuesto por los secuestradores. Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) pretende que el Gobierno italiano fuerce a Mauritania a liberar a un número no especificado de los 67 presos islamistas encarcelados en Nuakchot.
Para obligar a Italia a actuar, AQMI difundió un mensaje de voz de Sergio Cicala, acompañado de una fotografía del rehén en la que se le ve arrodillado y custodiado por seis hombres armados. Un breve texto redactado por los terroristas se añade a la grabación.
"El primer ministro, Silvio Berlusconi, ha sido siempre conocido por su gran generosidad", afirma Cicala, de 65 años, con voz firme. "Espero que de verdad me pueda ayudar a mí y a mi mujer
[Philomène Kabourée, de 39 años]", añade. "Mi libertad y la de mi mujer dependen de las concesiones que el Gobierno esté dispuesto a hacer". "Espero que el Gobierno intervenga cuanto antes en nuestro caso para salvar nuestras vidas", concluye.
La nota adjunta de Al Qaeda asegura que Berlusconi "no ha hecho nada reseñable para salvar la vida de sus ciudadanos mientras miente a la opinión pública asegurando que se esfuerza", pero no precisa en qué debe comprometerse. El 6 de febrero difundió un comunicado en el que exigía la liberación de presos islamistas en Mauritania a cambio de preservar la vida de la pareja italiana.
Tres semanas antes, el presidente mauritano, Mohamed Ould Abdelaziz, envió a varios imanes a la prisión central de Nuakchot para iniciar un diálogo con los 67 reos radicales encarcelados con vistas a obtener el arrepentimiento de algunos y, eventualmente, poder ordenar su puesta en libertad. Con motivo de la fiesta religiosa del Mulud, Abdelaziz indultó la semana pasada a presos comunes, pero a ningún islamista.
El rehén francés de Al Qaeda, Pierre Camatte, fue liberado el martes pasado después de que la víspera Malí accediese a sacar a cuatro islamistas de la cárcel de Kita (cerca de Bamako), dos de ellos argelinos y uno mauritano. Para protestar por la excarcelación, Argel y Nuakchot llamaron inmediatamente a consultas a sus embajadores en Bamako.
Parece difícil que después de haber retirado a su embajador en Malí para reprobar la excarcelación de presuntos terroristas, Mauritania esté ahora dispuesta a poner en libertad a un puñado de presos radicales para dar satisfacción a Italia.
El caso de los tres rehenes españoles, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, secuestrados hace exactamente tres meses -el 29 de noviembre pasado- en Mauritania, discurre por otras vías. Para liberarles, Mokhtar Belmokhtar, el jefe islamista en cuyas manos están, ha exigido un rescate pecuniario. De ahí que resulte aparentemente más fácil lograr su puesta en libertad, a menos que surjan problemas de última hora.
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