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Nota oficial de Agua de Solares

El director general de Balneario y Agua de Solares, S. A., Rafael Calleja, nos envía la siguiente nota de la empresa, que reproducimos íntegramente.

La sospechosa diligencia con que el tándem formado por algún corresponsal de prensa y la Jefatura Provincial de Sanidad de Pontevedra se está dedicando a la caza de gérmenes patógenos pretendidamente hallados en las botellas de agua de Solares nos obliga a romper nuestro silencio al que pensamos volver hasta tanto se conozcan los resultados de todos los análisis previos, contradictorios y dirimentes que la legislación en vigor señala para casos como éste, y que son, en buena lógica y con arreglo a la ética más elemental, requisito previo e imprescindible a cualquier comentario medianamente serio e imparcial.La «excepcional satisfacción » que siente la Jefatura Provincial de Sanidad de Pontevedra por recibir confirmación de lo que ya sabía se le iba a confirmar, y que fue consecuencia de un envío extraoficial, unilateral y particular, sin las más mínimas garantías, es explicable. Ya lo son menos el sensacionalismo con que se está tratando el asunto, que, sin duda, satisface «excepcionalmente» al señor jefe provincial de Sanidad de Pontevedra y su empeño en crear un problema artificial y más que discutible.

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En efecto, la legislación española afirma en el mismo Boletín Oficial del Estado en el que se dan las normas de análisis para las aguas minerales que la tan traída y llevada pseudomona aeruginosa está incluida con otras cinco estirpes en un grupo que «carece de interés patógeno para el hombre y los animales», añadiendo que su presencla es indeseable por representar «un defecto de tecnología de envasado».

Añade el Boletín Oficial que dicho defecto supone una contaminación durante la manipulación de la misma, pero, dado que en el párrafo anterior subraya la no peligrosidad del germen, hay que entender que dicha contaminación se refiere a la pérdida de la pureza sin riesgo ninguno, como puede ocurrir cuando, por ejemplo, se mezcla el agua con el aceite: ambos han perdido su pureza, ambos están contaminados, pero la mezcla de ambos no supone para quienes lo ingieren ninguna posibilidad de trastorno.

A mayor abundamiento, las normas internacionales para el agua potable de la Organización Mundial de la Salud en su página 18 se refieren únicamente a la pseudomonafluorescens, que definen como germen que, desde el punto de vista de la salubridad, no tiene importancia. Dichas normas ni tan siquiera mencionan la pseudomona aeruginosa como germen a investigar como indicador de contaminación.

Citemos otra opinión autorizada: el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición emitió, a petición de la Agrupación Nacional de Aguas Minero-Medicinales, con fecha 17 de abril de 19 75, un dictamen en el que textualmente se dice, entre otras cosas: «En el momento actual, científicamente no se tiene conocimiento de que la. pseudomona aeruginosa pueda originar problemas epidemiológicos de origen hídrico.»

Es decir, que aun en el supuesto de que se hubieran enviado al Pasteur cepas realmente procedentes del Agua de Solares y no se hubieran contaminado en el proceso de su cultivo, se está desquiciando un tema cuya difusión sistemática y machacona es más que sospechosa, por proceder de donde procede y por presumir su protagonista principal de ser el iniciador de una multa que el Consejo de Ministros impuso a Solares hace cuatro años.

Por cierto, que el personal de Solares, que maneja nuestra planta de embotellado, es constantemente sometido a pruebas de presencia de la pseudomona aeruginosa en boca, fosas nasales, axilas y periné, en nuestro deseo de evitar defectos en nuestro proceso de embotellado, cosa demostrable por la documentación que llevamos al respecto.

¿Toma el personal de la Jefatura Provincial de Sanidad de Pontevedra precauciones semejantes? ¿Puede demostrarlo documentalmente? ¿Es verdaderamente una genuina y honesta preocupación por la salud pública y en especial por la de los lactantes y enfermos la que impulsa a tanto celo al inquieto jefe provincial de Sanidad de Pontevedra? ¿Ha buscado la pseudomona aeruginosa en todas las las marcas de agua que se expenden embotelladas?

¿Ha tardado cuatro años, desde febrero de 1973, fecha de su primera y equivocada actuación contra esta empresa, hasta febrero de 1977, en volver a encontrar gérmenes patógenos en el Agua de Solares? ¿Es que ha abandonado el cumplimiento de su deber de interesarse por la salud de lactantes y enfermos durante cuatro años? O, por el contrario, ¿es que en esos cuatro años no ha conseguido encontrar la pseudomona aeruginosa?

¿Qué pasa en las 49 restantes jefaturas provinciales de Sanidad? ¿Es que están en manos de incompetentes? No podemos imaginar tan descabellada hipótesis; para nosotros la competencia profesional de esos responsables de la Sanidad provincial está fuera de toda duda.

Por cuanto antecede, entendemos ociosos más comentarios, salvo el de señalar que aun en el caso de que se pudiera demostrar fehaciente y honestamente la presencia de la pseudomona aeruginosa en alguna muestra de Solares, tomada del mercado, seguiría siendo válido en toda su extensión el certificado que, con fecha 24 de febrero de 1977, nos proporcionó la Subdirección General de Farmacia y cuyo texto reproducimos una vez más:

«El subdirector general de Farmacia de la Dirección General de Sanidad, a instancia de don Rafael Calleja, director general de Balneario y Agua de Solares, SA. Certifica: que a la vista de los informes emitidos por la Escuela Nacional de Sanidad con fecha 18.2.77 en relación a las muestras 1/77 y 2/77 enviadas por la Jefatura Provincial de Sanidad de Pontevedra, en los que se indica que la bacteria encontrada no corresponde a especie patógena, se deduce que el agua en cuestión es potable, no teniendo contraindicación alguna. Y para que así conste, expido la presente en Madrid, a 24 de febrero de 1977.»

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