Cotino produce vergüenza
En el franquismo pasaron muchas cosas, y casi todas malas. Entre otras, que los militantes de partidos, pero en mayor medida socialistas o comunistas, tenían que huir de España si no querían vivir en la clandestinidad o, si la policía daba con ellos, en las celdas del régimen. El padre y la madre de una pequeña Mònica eran miembros del PCE y en el año del nacimiento de su hija estaban exiliados en Alemania. El consulado tuvo que inscribir
a la pequeña con los apellidos de la madre, Jarque Tortajada. No fue hasta 1981, cuando se derogó el reaccionario Código Civil, que Mónica pudo regularizar sus apellidos. Después de 31 años de esa inscripción, Mònica Oltra Jarque es portavoz del grupo de izquierdas Compromís pel País Valencià en las Cortes Valencianas y, en cumplimiento de su labor, preguntaba al vicepresidente tercero
de la Generalitat, Juan Cotino, por las implicaciones de alguna de sus empresas familiares en la trama Gürtel. "¿No le da vergüenza?", acabó Oltra su intervención. Y el ex director general de la Policía con Jaime Mayor Oreja respondió lo siguiente: "Tendría vergüenza, si fuera padre, de tener una hija como ésta, pero como probablemente ella no lo conozca...".
Si resulta sorprendente la grave y soez expresión en persona tan principal, más grave es aún el caso cuando se sabe que la Consejería de Bienestar Social, que antes dependía de Cotino, disponía de esa información confidencial de Mònica Oltra. ¿Su tabernaria expresión fue, pues, un súbito arrebato, imperdonable en persona de tanto rango, o se debió más bien a una utilización intencionada de datos reservados, torticeramente guardados por el vicepresidente para explotarlos en algún momento?
El padre de Mònica, al que ya sabemos que conoce perfectamente la diputada, ha recordado a Cotino que "los que tienen poder han de saber comportarse". Ni en la rectificación ha estado a la altura el connotado miembro del Opus Dei, organizador en primera línea
de cualquier manifestación que se celebre con lemas a favor de la familia: "Pido la palabra para pedir excusas y perdón a la diputada Oltra por las palabras que pude decir y que pudieran ser ofensivas". Pecado de soberbia sobre pecado de ira.
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