Dejémonos de películas
Lo confieso. Tengo la costumbre malsana de llamar a las cosas por su nombre. Así que hoy, tras leer detalles sobre el asesinato en enero del líder de Hamás Mahmud Mabhuh a manos de dos agentes de los servicios secretos israelíes -el Mosad-, no he podido menos que recurrir al diccionario ante la sospecha de que esto del espionaje está degenerando, no sé si por contagio con el cine o porque la realidad supera la ficción.
Y dice la Real Academia Española que espiar es "acechar, observar disimuladamente lo que se dice o se hace, intentar conseguir informaciones secretas sobre un país o una empresa". ¿Encuentran ustedes referencias a ejecutar o matar en alguna de estas acepciones? Así que dejémonos de películas y no nos engañemos: estamos hablando de asesinos a sueldo del Estado israelí y de terrorismo de Estado. Dejemos el espionaje y los disimulos; devolvamos a cada palabra su significado.
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