Al olor de la debilidad
Los inversores huelen la fragilidad de las cuentas públicas de un país, y apuestan a que el euro bajará y su riesgo país va a subir. Compran seguros de impago de esa deuda, los CDS, que en un primer momento aún están bajos y salen baratos. "Algunos acuden entonces a una entidad financiera y le piden prestados los títulos de deuda (sólo prestados, con lo que sólo pagan el Euríbor por ellos) e inmediatamente los venden en el mercado", explica Miguel Ángel Bernal, del Instituto de Estudios Bursátiles. La venta masiva provoca una caída del precio y un aumento de la prima de riesgo, con lo que vuelven a comprarlos más baratos y se los devuelven al banco. Así se embolsan la diferencia de precio previa al vuelco en el mercado.
Mientras, debido al aumento del riesgo país, el precio de los CDS ha subido, de modo que los inversores también obtienen jugosas plusvalías al venderlos. La guinda es cuando esos seguros se han comprado sin haber llegado siquiera a poseer nunca los bonos de deuda.
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