McQueen, drama en la pasarela
El diseñador británico, de 40 años, fue hallado muerto ayer en su casa de Londres
El diseñador británico Alexander McQueen, de 40 años, fue hallado muerto ayer por la mañana en su piso de Green Street, muy cerca de Marble Arch, en el centro de Londres. Según el diario The Daily Mail, el primero en dar la noticia en su página web, McQueen se suicidó por ahorcamiento. Aunque ni la policía ni sus representantes confirmaron ese extremo, esa versión fue recogida ayer por numerosos medios británicos. Todos ellos aseguran que el diseñador estaba muy afectado por la muerte de su madre, a la que estaba muy unido, el pasado 2 de febrero.
Galardonado cuatro veces con el premio al mejor diseñador del año en el Reino Unido, McQueen saltó a la fama en 1996, y en 2003 la reina Isabel le otorgó el galardón de Comandante del Imperio Británico (CBE) por sus servicios a la industria de la moda. Su muerte ha llegado en vísperas de la Semana de la Moda de Londres y apenas unas semanas antes de que presentara su nueva colección en la Semana de la Moda de París, el 9 de marzo.
Estaba muy afectado por la pérdida de su madre, el pasado 2 de febrero
Lagerfeld: "En su trabajo había una atracción por la muerte"
Una ambulancia llegó a las diez de la mañana al domicilio del diseñador. Tras constatar que éste ya había fallecido, los paramédicos llamaron a la policía, que se presentó allí a las 10.20 de la mañana. Su cadáver fue retirado a media tarde para ser sometido a un examen forense, aunque la policía aseguró que no está tratando su muerte como sospechosa. El hecho de que su fallecimiento vaya a ser investigado por un coroner (juez forense) refuerza la tesis de que McQueen se suicidó.
Al día siguiente de la muerte de su madre, Joyce, el diseñador informó de ello a sus amigos y seguidores a través de Twitter. En su página, que fue bloqueada poco después de que ayer se anunciara su muerte, publicó varios mensajes que reflejaban los vaivenes de su estado de ánimo. Algunos mensajes anteriores al fallecimiento de la madre reflejaban ya una cierta inestabilidad emocional. "Del paraíso al infierno y vuelta otra vez, la vida es curiosa, la belleza puede venir de los lugares más extraños e incluso de los más repugnantes", escribió el 1 de febrero.
Sexto hijo de un taxista de Stratford, un barrio del deprimido este de Londres, era abiertamente gay y él mismo se definió una vez como "la oveja rosa de la familia". En el año 2000 celebró una ceremonia nupcial con su compañero sentimental, el documentalista George Forsyth, a bordo de un yate anclado en Ibiza propiedad de un amigo de la modelo Kate Moss, que actuó de madrina.
De la cercanía a su madre da cuenta una entrevista que ella le hizo a él en un periódico en 2004. "¿Cuál es tu miedo más horrible?", le pregunta ella. "Morir antes que tú", contesta él. "Gracias, hijo", responde la madre.
Lee Alexander McQueen, como se llamaba en realidad, dejó los estudios a los 16 años y consiguió enseguida un empleo de aprendiz en una sastrería de Savile Row, la gran calle londinense de la moda masculina. Aprendió el oficio en Anderson & Sheppard, entre cuyos clientes de entonces estaban el príncipe de Gales y Mijaíl Gorbachov. A los 20 años se fue a Japón a trabajar con el diseñador Koji Tastuno y luego a Milán, donde fue asistente de Romeo Giglis. En 1994 volvió a Londres y su brillante trabajo le permitió acceder a los cursos de la prestigiosa escuela Central Saint Martins College. La colección que diseñó para su trabajo de graduación deslumbró a la excéntrica aristócrata Isabella Blow, famosa cazatalentos del mundo de la moda, que le compró toda la colección y le lanzó a la fama. Su relación con Blow fue muy intensa y sólo acabó cuando ella se suicidó en 2007 tras descubrir que sufría cáncer de ovarios.
En octubre de 1996, con 27 años, McQueen fue nombrado diseñador jefe de la marca francesa Givenchy. En diciembre de 2000, la italiana Gucci compró el 51% de la marca personal de McQueen y le convirtió en su director creativo. Con el dinero del potente sello italiano, Alexander McQueen abrió tiendas en Nueva York, Londres y Milán.
"McQueen ha influido en toda una generación de diseñadores", declaró ayer Alexandra Shulman, directora de la edición británica de Vogue. "Su brillante imaginación no tenía fronteras mientras imaginaba colecciones y colecciones de extraordinarios diseños. Era un maestro de lo fantástico, creando asombrosos desfiles de moda que mezclaban diseño, tecnología y espectáculo, y un genio de la modernidad cuya estética gótica fue adoptada por mujeres de todo el mundo". Y Karl Lagerfeld añadía: "Su trabajo era muy interesante, jamás banal. Había siempre una atracción por la muerte. Quién sabe, quizá a fuerza de flirtear con la muerte, la muerte termine por atraerte".
Babelia
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