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Reportaje:SI LOS EDIFICIOS HABLASEN

La 'toilette' de Neptuno y Cibeles

Las fuentes del paseo del Prado, diseñadas en 1777, se limpian una vez al mes

Patricia Gosálvez

El tapón de la Cibeles impresiona poco, tiene apenas un puño de diámetro. El pasado viernes se lo quitaron. La diosa tenía que hacer su toilette y la fuente se vació, como cada mes, para limpiar el verdín y la contaminación de sus vasos. Un día antes, le tocó el baño a Neptuno. El tapón del señor de los océanos tampoco es gran cosa (imaginen un pequeño bolardo). Su grifo: una llave de lo más anodina. Está debajo de la fuente, en la galería de las bombas de agua, a la que se accede como a una alcantarilla, descolgándose por una escala.

Dentro de las salas subterráneas de ambas fuentes hay tres bombas eléctricas de finales de los sesenta que escupen agua por los borbotones y las velas. Las tuberías de los borbotones tienen unos 50 centímetros de diámetro, las de las velas (los surtidores verticales que suben hasta 7 metros) se pueden abarcar con las manos; llevan menos caudal, pero el doble de presión, sus motores giran a 3.000 revoluciones por minuto (los de los borbotones, a 1.500). La instalación tiene poco más, aparte de un par de cuadros eléctricos, que controlan la iluminación y los caudales. Lo más chulo: un anemómetro que mide el viento y reduce o para las velas cuando sopla mucho el aire, para que el agua no caiga sobre los coches y el asfalto. Una vez al mes, todo se apaga, para limpiar los pilones y cambiar las bombillas fundidas.

Durante la Guerra Civil, las esculturas se cubrieron con sacos terreros

Sobre el vaso original de Neptuno, dos operarios con botas hasta las ingles arrancan la porquería con una moderna hidrolimpiadora a presión y un cepillo de toda la vida. El fusil de agua tiene retroceso y hay que sujetarlo muy fuerte, pero compensa: en el suelo la marca del antes (verde) y el después (gris) parece sacada de un anuncio televisivo de limpiador mágico. Sin embargo, en las fuentes del paseo del Prado, por su valor artístico, sólo se usa agua, nada de productos. Los operarios dependen de Medio Ambiente y no limpian las esculturas (que son competencia de Las Artes, y se limpian con menos frecuencia y más delicadeza). Félix García, encargado del servicio de limpieza, lleva 25 años atusando las 526 fuentes de Madrid (cuando empezó, se hacía a manguerazos). Ha visto de todo... a la Cibeles teñida de rojo, a Neptuno lleno de espuma (si los vándalos usan detergente biodegradable, se combate con antiespumante, si no, hay que vaciar y aclarar): "Lo normal es encontrar hojas y botellas, pero en la Casa de Campo hemos encontrado hasta cadáveres; y cuando dejaban a la gente celebrar el fútbol, en Neptuno y Cibeles, como entraban borrachos perdidos, encontrábamos relojes, anillos, carteras...". La tradición arrancó en 1986, cuando Butragueño marcó cuatro goles a Dinamarca en el Mundial de México, y le ha costado dos veces la mano a la Cibeles (en 1994 y 2002).

Las fuentes llevan, más o menos, en el mismo sitio desde mucho antes que el fútbol. Ventura Rodríguez las diseñó en 1777 (aunque luego las esculpieron otros) como parte del proyecto del Salón del Prado, un paseo ilustrado con forma de hipódromo que iba a contar, además de con ocho fuentes, con un pórtico que nunca se construyó. Entonces no tenían tantos chorros y eran de agua perdida (hoy los 278.000 litros de Cibeles y los 304.000 de Neptuno circulan en un circuito cerrado).

En Cibeles recogían agua hasta finales del XIX los aguadores, los vecinos e incluso la reina Isabel II, que gustaba de hacerlo ella misma. Por aquellas fechas se recolocaron en medio de sus plazas y dejaron de mirarse el uno a la otra. Durante la Guerra Civil, ambas fuentes se cubrieron con sacos terreros y en los años sesenta las reformaron con las bombas y las luces que vemos actualmente.

Tras ocho horas de limpieza y cambio de bombillas (sólo en Neptuno se han repuesto 125 de las 350 lámparas incandescentes), los operarios ponen el tapón y abren el grifo. Cuatro horas después, las fuentes, ya llenas, están listas para funcionar hasta el mes que viene.

Dos operarios municipales limpian la fuente situada en la plaza de Cánovas del Castillo.
Dos operarios municipales limpian la fuente situada en la plaza de Cánovas del Castillo.BERNARDO PÉREZ

Cibeles y Neptuno

- Autor. Ventura Rodríguez.

- Construcción. 1777 - 1784.

- Estilo. Neoclásico.

- Ubicación. Plaza de Cibeles y de Cánovas del Castillo (Banco de España).

- Función. Fuentes ornamentales.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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