Más lector que ordenador

Si tiene 400 euros para darse un capricho, no es mala idea comprar un iPad. Su diseño, como todos los aparatos de Apple, es brillante. Ligero y rápido, sirve para leer libros y periódicos, ver vídeos y películas, navegar y jugar, entre otras muchas cosas. Tras la mediática aparición de iPad el miércoles pasado en San Francisco, a la que fue invitado este diario, los lectores de libros electrónicos como Kindle (Amazon) o eReader (Sony) deberán bajar de precio o morirán. Por el mismo importe hay pocas dudas de que iPad es bastante mejor; pero si usted mira el bolsillo elegirá un miniportátil, que también seguirán bajando de precio y costará menos de la mitad que un iPad. Los miniportátiles, pese a que lo que opine Steve Jobs, han llenado un hueco en el mercado y lo seguirán llenando.

El aparato no es un todo en uno, pero aspira a convertirse en juguete de masas

Cualquiera que haya tenido en sus manos un iPhone o un iPod Touch saltará a iPad sin despeinarse. Pero una ex compañía de ordenadores que se considera ahora el principal fabricante de aparatos móviles del mundo, por encima de Nokia, Sony y Samsung, aspira a traspasar la barrera de los gadgetmaniacos para convertir su nuevo juguete en un producto de masas, como ya hizo con su reproductor multimedia -por cierto, también tachado de caro en un primer momento-. Desde 2001 ha vendido 250 millones de las distintas variantes de iPod, aunque ya van de caída al ser canibalizados por los iPhone -también considerado carísimo en su presentación-; pero, en tres años, el precio de venta al público del iPhone de 8GB ha bajado un 83%. La cuestión es ¿iPad canibalizará al iMac o a los otros productos móviles de Apple?

iPad no es un todo en uno. Le falta el teléfono y la cámara. Tampoco es un aparato para llevar en el bolsillo sino para disfrutarlo sentado en el sofá de casa; en esas condiciones no está claro que sea tan necesaria la conexión 3G, porque se tendrá wi-fi en casa.

Si con el smartphone de Apple descubrimos a qué se refería la industria con la navegación por Internet con el móvil, con iPad la experiencia es superior, simplemente por su pantalla de 9,7 pulgadas. Las fotos se ven como pósters, al igual que los vídeos que cargan a una velocidad de vértigo, quizá por el procesador que lleva incorporado, también una nueva creación de Apple, llamado A4. Hasta los libros parece que entren en una nueva dimensión. Apple ha apostado por el formato abierto ePUB, que lo hace compatible con otros lectores (Sony, Barnes & Noble), pero no con Kindle, de su rival Amazon.

El iPad también llega con peros -por cierto, como todos los anteriores productos de Apple-. Carece de cámara, de GPS en la versión barata, de webcam, de un botón para llamar por teléfono, de micrófono...

El reto que tiene Apple por delante no es fácil: convencer a quien ya tiene un portátil, un mini y hasta un smartphone de que con el nuevo tablet cambiará su manera de usar un ordenador, de leer libros y periódicos, de ver películas y hasta de jugar. El reto es ambicioso, pero son los que le gustan a Steve Jobs, recientemente nombrado por Fortune y The Wall Street Journal como el hombre de la década. Tecnológicamente, sin duda.