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Veinte pueblos madrileños se oponen al silo nuclear en Yebra

María Martín

No importa el partido político, ni el número de habitantes, ni el sostén de su economía. Todos tienen algo en común. Veinte municipios madrileños de la vega del río Tajuña, en el sureste de la región, rechazan la construcción de un almacén de residuos nucleares en la vecina localidad de Yebra (Guadalajara). El argumento de sus alcaldes se repite de Carabaña (2.000 habitantes) a Ambite (580 habitantes): "¿Por qué tenemos que asumir riesgos sin ningún beneficio? Nadie nos ha preguntado y nadie nos ha informado".

En Ambite, que está a apenas 20 kilómetros de Yebra, el teléfono de la alcaldesa, Ángela García (PP), no da tregua. "No nos conocía nadie y ahora saben quiénes somos por ser el municipio más cercano a Yebra. Somos el último pueblo de Madrid en el sureste. Tenemos que potenciar nuestro paisaje, la vía verde, nuestra encina milenaria... Esto nos va a perjudicar más que a beneficiar". Los vecinos no quieren oír nada sobre el almacén. "Hemos venido a vivir aquí para abrazar la naturaleza, y si ahora nos ponen esto, ¿qué nos queda?", se queja José Antonio Salcedo, vecino de una urbanización cercana, acodado en la barra de un bar.La alcaldesa, en su segunda legislatura, quiere desmarcarse del debate político que ha envuelto la ubicación del almacén nuclear. "Este no es un asunto del que se tenga que ocupar la Comunidad o los partidos. Ya se decidió en el Parlamento la necesidad del almacén, pero ¿dónde? Claro, nadie quiere tenerlo en el patio de su casa, como dijo Esperanza Aguirre. El Gobierno tendrá que buscar un sitio lo más retirado posible de la población".

Quien se moja más es el alcalde de Orusco, Adolfo Rivas (PSOE), que gobierna un municipio de 1.200 habitantes a 28 kilómetros de Yebra. "No hemos recibido información de nadie. Hemos tenido que buscar nuestros propios técnicos para que nos cuenten los pros y los contras. Y mientras [José María] Barreda [presidente de Castilla-La Mancha] se ha postulado en defensa de sus municipios, la presidenta calla". En la misma línea se sitúa el regidor de Carabaña (a 32 kilómetros de Yebra), Mariano Arévalo (PSOE), que se lamenta de que la Comunidad no haya transmitido su malestar. Su tesis resume ese "malestar" de vecinos y dirigentes de la Vega del Río Tajuña: "Es injusto que se beneficie solo un municipio y que los demás sufran los perjuicios. El peligro lo asumimos todos y el dinero se lo lleva otro".

El debate ha saltado a las calles de cada uno de estos pueblos. Y donde a nadie le interesaba la energía nuclear, ahora todo son preguntas: "¿Es peligroso el transporte? ¿Por qué no se lo llevan a una zona desértica? ¿Voy a poder vender mi casa? ¿Por qué nadie nos pregunta?".

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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