Academiedades
La película de la temporada está siendo La cinta blanca del cineasta austriaco Michael Haneke, pero tampoco le va mal a Pedro Almodóvar, con candidaturas a veces coincidentes con las de Haneke, empezando por el último Cannes.
Recientemente premiado por los críticos norteamericanos, otro reconocimiento internacional, en España, sin embargo, se le regatean méritos a Almodóvar. Lo comentaba Penélope Cruz antes de la ceremonia en la que tampoco ella obtuvo el Globo de Oro al que era candidata -luego fue ninguneada por ello en cierta prensa española-.
Me viene a la memoria la perplejidad de Jeanne Moreau en los Goya de 2003, los del "no a la guerra", cuando a Hable con ella se le iban yendo de las manos casi todos los premios. Esta vez Los abrazos rotos apenas está nominada, y no lo fue por parte de la Academia española al Oscar como mejor del año. Almodóvar, al igual que Carlos Saura en sus grandes años, es mucho más apreciado fuera de España. ¿Qué pasa aquí?
Almodóvar, como Carlos Saura en sus grandes años, es más apreciado fuera
Hablando de los Goya, es de remarcar el gusto de sus votantes por descubrir talentos a los que llaman revelaciones. Hace tres años "descubrieron" al inmenso actor uruguayo Walter Vidarte, que venía trabajando en el cine español desde 1978, y en esta ocasión repiten el dislate nominando "actriz revelación", por El secreto de sus ojos, a la estupenda Soledad Villamil, que pasó inadvertida para los académicos en El mismo amor, la misma lluvia, Un oso rojo, No sos vos, soy yo, o La señal, estrenadas todas en España en los últimos 10 años.
El secreto de sus ojos, en la que es revelación Soledad Villamil, opta al mismo tiempo a Goyas como mejor película española y como mejor película hispanoamericana, y Ricardo Darín, nominado como actor principal por esa misma película, lo es también como actor secundario por El baile de la Victoria, cuando en realidad encabeza su reparto. Academiedades.
