Zapatero defiende un gran pacto social en la UE
El presidente español aplaude en el Parlamento Europeo el despliegue humanitario del Ejército de EE UU en Haití
José Luis Rodríguez Zapatero superó ayer con buena nota el primer examen del Parlamento Europeo a su programa para la presidencia española de la Unión. El presidente del Gobierno español logró un amplio respaldo de los principales grupos europeos en la Eurocámara para impulsar "una política económica común", con "una gobernanza seria y exigente en la UE", que constituye el eje de su programa. En su intervención, sin uso de papeles, con soltura y convicción, Zapatero propuso "un gran pacto social europeo con empresas y trabajadores frente a la crisis" que, dijo, es "la más grave de los últimos 80 años".
Sus primeras palabras, no obstante, fueron para expresar el compromiso europeo con las víctimas de la tragedia de Haití, asegurando que "la UE estará a la altura de las circunstancias". En este sentido, respondiendo a las críticas del eurodiputado de Izquierda Unitaria, Willy Meyer, el presidente afirmó que "aplaudía el papel del Ejército de Estados Unidos en las tareas de distribución de ayuda humanitaria" en la isla tras el terremoto. La crisis de Haití, sin embargo, ha provocado ciertos desajustes en el funcionamiento de la Unión, por la falta de coordinación entre los distintos responsables que han intervenido.
Las prioridades: una política energética común e impulsar el coche eléctrico
"Podemos ser espectadores o protagonistas de la globalización"
La realidad es que Zapatero encontró un clima mucho más cálido de lo imaginado, con apoyos verdaderamente entusiastas fuera de la familia socialista, como el del líder de los liberales, Guy Verhofstadt, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, perteneciente al Partido Popular Europeo (PPE). Con su respaldo, Barroso agradecía sin duda el apoyo que recibió de Zapatero para su reelección, pero también la propuesta española de reforzar los poderes de la Comisión para desarrollar "la política económica común".
El ex primer ministro belga apoyó con resolución la idea inicial de Zapatero de aplicar incentivos y sanciones si hacía falta a los Estados en función de su cumplimiento de los compromisos asumidos. "Necesitamos estímulos y, si es necesario, sanciones, y no vernos desalentados por el ministro de Economía alemán", dijo Verhofstadt. Y añadió: "Le aliento en este camino y le puedo decir que todo este Parlamento está con usted". En una segunda intervención, con el terreno más abonado, Zapatero expresó su extrañeza por las reacciones cuando había hablado de "sanciones" recordando que era una de las medidas previstas en el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento.
El portavoz del PPE, Joseph Daul, elogió también la idea de una política económica común para la UE. "El debate sobre un posible Gobierno económico europeo que usted ha iniciado es positivo", dijo. "Aunque por el momento hay diferencias", añadió, "no hay que tener miedo a hablar de política en mayúsculas". El líder conservador criticó, sin embargo, las políticas socialistas en este campo, asegurando que "la cohesión social no se puede fundamentar en la asistencia, sino en un crecimiento estable y sostenido".
A pesar de las frecuentes derivas retóricas de su intervención, Zapatero hizo hincapié en cuatro prioridades concretas: una política energética común priorizando las interconexiones y un mercado común de la energía, un mercado digital europeo, una estrategia europea para desarrollar el coche eléctrico con una planificación conjunta y una universidad europea. Tras recordar que Europa no ha avanzado durante los últimos 10 años en universidades de excelencia afirmó: "Tenemos que culminar el proceso de Bolonia", y "abrir expectativas para una universidad cada día más europea".
El dirigente socialista español se mostró especialmente preocupado por el desafío de la globalización, a la vista de la consolidación de grandes potencias como Estados Unidos y China. En este sentido lanzó una clara advertencia: "Si no aprovechamos la sinergia que representan 500 millones de ciudadanos, sus decenas de miles de empresas, sus millones de trabajadores a los que hay que facilitar mayor formación, no seremos los auténticos protagonistas de este escenario de globalización, seremos espectadores, no protagonistas".
Para Zapatero, "el camino es la unión, más política económica común y más integración, más diseño compartido, más Europa". No se trata, dijo, de "poner más barreras sino de quitarlas, no dividir sino sumar". Precisando que "sumar no es controlar".
En apoyo de su idea de una política energética para una economía sostenible que reduzca la creciente dependencia energética europea exterior -que, según Zapatero, ha aumentado del 44% al 53% en 10 años-, el líder de Los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, propuso "un gran pacto en pro del ahorro de energía y aumentar el objetivo de ahorro energético hasta el 30% para 2020".
Otros de los aspectos en los que tuvo apoyo fue la iniciativa de la orden europea contra la violencia de género, fenómeno que consideró "inasumible" en Europa.
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