_
_
_
_
AL CIERRE
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cosechón Viñas

La añada 2010 del Concurso Viñas merece la calificación de excelente. Se han concedido, esta vez sí, todos los primeros premios, cargando de razones a convocatorias anteriores que optaron por dejarlos desiertos y desmintiendo de paso el tópico resultón de que "ya no hay tenores". Los hay, y el concierto de los ganadores, el domingo en el Liceo, lo demostró brillantemente a teatro lleno.

El Viñas es raro. Es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede escuchar una zarzuelada como La bella enamorada, de Soutullo y Vert, seguida del Wanderer de Schubert sin que te entre un ataque de risa. Todo el mundo ha acudido allí para una sola cosa: escuchar voces nuevas. El género es lo de menos. Ahora bien, si es ópera, mejor. Y si encima la canta un tenor, y ya puestos la canta bien, entonces es el cielo. La cantó maravillosamente el norteamericano Russell Thomas. Dos verdis soberbios: el Viñas es también uno de los pocos lugares del mundo en que un tenor ataca de corrido Ella mi fu rapita y Ah, la paterna mano y el público quiere más, para que luego digan mal de los toros. Thomas se llevó, además del primer premio, sendos compromisos para actuar próximamente en el Liceo y el Teatro Real. Otra rareza del Viñas: Barcelona y Madrid comparten cantera.

El Viñas es raro. El género es lo de menos. Ahora bien, si es ópera, mejor

Pero la apoteosis final estuvo muy bien precedida. Dimitrios Flemotomos había encendido los ánimos con el No puede ser de Sorozábal (acertaron: el Viñas es el único lugar en que un griego se lanza a cantar el highlight de La tabernera del puerto) y el rumano Teodor Ilincai se encargaba de avivarlos con una Che gelida manina que cantaba ardientemente frente al mismísimo Jaume Aragall, alojado en uno de los palcos del proscenio. A notable nivel estuvieron, además, las ganadoras femeninas, especialmente la rusa Dinara Alieva, que se atrevió con 'Vissi d'arte', de Tosca, y 'È strano...', de La Traviata -siguen siendo cosas del Viñas...-, y también, aunque menos (posiblemente no tuvo el día), la coreana Sunyoung Seo (primer premio).

Ha sido también el primer Viñas sin Pau Nadal, crítico de ópera y taurino, colaborador y memoria viva de un concurso cuyas rarezas siempre nos hacían reír y nos emocionaban, a partes iguales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_