Interior detecta errores en la actuación de los cinco bomberos muertos en Horta

Un informe de la Generalitat considera que los cinco bomberos fallecidos en el incendio declarado en Horta de Sant Joan (Terra Alta) el pasado verano infravaloraron el riesgo que corrían y no optaron por la mejor ubicación para apagar el fuego. Las víctimas pecaron de un exceso de confianza, viene a decir el informe, porque se les instó a que evaluasen las condiciones de seguridad en las que estaban trabajando, pero respondieron que se encontraban en una zona segura. Tuvieron tiempo de agrandar esa zona cuando supieron que se les dejaba de prestar apoyo aéreo, pero no lo hicieron y cuando lo intentaron se vieron sorprendidos por las llamas.

Fue un "accidente imprevisible e inevitable", dice el informe, que recuerda que "nunca se había vivido en Cataluña una situación de cerco tan generalizada" de un número importante de bomberos.

Fue un accidente "imprevisible e inevitable" por una situación inédita

El informe está fechado el 2 de septiembre de 2009, tiene 210 páginas y lo redactó la Dirección General de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, dependiente del Departamento de Interior. En su día fue entregado al juzgado único de Gandesa, que el día 9 levantó el secreto de sumario de la causa. Los cinco fallecidos pertenecían al Grupo de Apoyo de Actuaciones Forestales (GRAF) de Lleida, una unidad de élite.

Eran "grandes expertos en incendios forestales, con más de 10 años de experiencia", recuerda el informe, pero precisa que la tarde del 21 de julio de 2009, "no adoptaron la mejor decisión" porque "ni la ubicación" de esos bomberos, "ni la determinación de las dimensiones de la zona segura eran las correctas". Sin embargo, también añade: "Las condiciones previas del incendio y su comportamiento no les permitieron darse cuenta del error".

"No valoraron de manera suficiente que al lado de esta zona quemada había mucho combustible", pues el fuego había quemado la superficie, pero no los árboles, añade el informe, y prosigue señalando que el fuego que les atrapó "siguió una dirección imprevista y ellos estaban justo en su camino". Cuando les alcanzó, tomaron la decisión de quedarse en la zona, pues "el riesgo de escapar era muy elevado". El grupo de Barcelona de esa misma unidad de élite también se vio sorprendido por las llamas; pero, a diferencia de las víctimas, crearon una zona de seguridad suficiente.

En otro momento de las conclusiones se asegura que "parece muy extraño" que los miembros de este cuerpo de élite de los bomberos, con su experiencia y antigüedad, fuesen los que sufrieran el cerco de las llamas más grave. Del análisis de las comunicaciones realizadas aquel día se desprende que "estaban tranquilos, que pensaban que no les podía pasar nada". Incluso minutos antes de verse alcanzados por las llamas su preocupación se centraba en los integrantes de otras unidades que se marcharon en lugar de quedarse en una zona segura. "Es justamente su experiencia y sus conocimientos los que juegan en su contra y cuando se dan cuenta de la grave situación de riesgo ya no tienen tiempo de reaccionar, el fuego se les ha echado encima y escapar es imposible".

Cuatro bomberos fallecieron en el acto, un quinto murió a los tres días y otro sigue hospitalizado con heridas muy graves. El informe admite que se desconoce si las causas del fallecimiento fueron las llamas, la inhalación de humos o ambos factores. "En aquellos momentos y circunstancias no era posible prever el tipo de carreras" de fuego "que les venían encima ni tampoco, lógicamente, sus efectos devastadores", concluye el informe.