La Europa a tres arranca a la defensiva

La nueva Europa tricéfala se estrenó ayer en La Moncloa. Allí se reunieron por primera vez sus tres presidentes: el del Consejo Europeo, el belga Herman van Rompuy, en el cargo oficialmente desde 1 de enero; el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y el de turno, José Luis Rodríguez Zapatero. Su mensaje común fue abogar por un gobierno económico coordinado que plantearon como una "cuestión de supervivencia". "Europa", dijo Zapatero, está ahora "a la defensiva". Con la reunión de ayer echa a andar de forma oficial el semestre de presidencia española de la UE.

Los tres presidentes coincidieron en que hoy resulta más fácil que hace cinco años, cuando se planteó por vez primera y fue rechazado, que los miembros de la UE acepten avanzar hacia ese gobierno económico común. Van Rompuy esgrimió tres razones para ello: el estallido de la peor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión de los años treinta; la extensión de la conciencia de que ha cambiado el equilibrio de poder en el mundo con potencias emergentes como China, India y Brasil y, por último, en la necesidad de promover reformas para reducir los elevados déficits públicos en que han incurrido los estados europeos tras la crisis.

Zapatero deja claro el papel preponderante de Van Rompuy

La primera cumbre se centrará en la salida de la crisis y el cambio climático

"Necesitamos ahora y en el futuro un mayor crecimiento económico para preservar el modo de vida europeo. Es una cuestión de supervivencia y vamos a tener éxito", ha asegurado Van Rompuy. Zapatero incidió en la idea de que Europa debe intentar salvar su modelo social de la amenaza que representan los enormes déficits presupuestarios y el bajo crecimiento.

La conclusión, tanto para Van Rompuy como para José Manuel Durão Barroso, compartida por Zapatero, es que "Europa debe dotarse de un sistema reforzado de coordinación" por necesidad de supervivencia. Esta cuestión centrará la cumbre informal del 11 de febrero, cuyo objetivo es la recuperación económica y la lucha contra el cambio climático.

Van Rompuy señaló que intentarán definir estrategias contra el cambio climático. Pese a las insuficiencias de la Cumbre de Copenhague, Durão Barroso apuntó que la salida no es arrojar la toalla sino "recordar que Europa ha tirado del carro durante años" y que "ahora debe reflexionar sobre la forma de seguir haciéndolo".

Van Rompuy, Durão y Zapatero perfilaron el reparto de papeles de los tres presidentes en la nueva andadura a tres de la Unión Europea. Y lo explicó gráficamente el líder español al ser preguntado a quién hay que llamar "para hablar con Europa": "Si hay una crisis quien administra y representa a la UE es el presidente del Consejo Europeo".

"Para eso hemos instituido la figura, para que pueda haber alguien que represente y administre, durante el tiempo de su mandato y de manera coordinada lo que puede ser una situación de una grave crisis", explicó Rodríguez Zapatero, que dejó claro que será el belga quien presida siempre los actos durante la presidencia española, tal y como aclara el Tratado de Lisboa.

Van Rompuy insistió, a su vez, en la idea de que las presidencias deben coordinarse. A modo de ejemplo señaló que la cumbre del 11 de febrero en Bruselas la había concertado él mismo pero que previamente consultó con la Comisión y con la presidencia española de turno.

El presidente del Gobierno español salió al paso del ataque del responsable económico del PP, Cristóbal Montoro, al acusarle de presentar "el paro y un país débil" como tarjeta de visita en Europa. Zapatero calificó de "inaudito" que pueda ponerse en duda que España, durante su presidencia de turno, pueda abanderar la recuperación económica. "España atraviesa ahora una recesión económica de la que estamos prácticamente a punto de salir, si es que no hemos salido ya", aseguró el presidente.

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