El recinto ferial de la Casa de Campo se queda sin jardineros
En los jardines del recinto ferial de la Casa de Campo crecen chopos, olmos, plátanos, acacias, cedros, encinas... Se suceden los setos recortados con formas redondeadas. Las extensiones de césped verde rodean a los distintos pabellones (el Palacio de Cristal, La Pipa) o los "espacios ajardinados" de los que se precia el paseo de la Gastronomía. Pero desde el pasado 31 de diciembre se han quedado sin jardineros.
Los 40.000 metros cuadrados de espacio al aire libre (dentro de las 67 hectáreas que ocupa el recinto ferial) estaban cuidados por un equipo de seis trabajadores de la compañía Licuas. Los contrataba la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos. El pasado 21 de octubre, según explica Licuas en las cartas de despido a sus empleados, la empresa municipal tomó la decisión de "rescindir el contrato" de los "servicios de las zonas ajardinadas" a partir del 31 de diciembre. "Nos ha comunicado", continúa la contratista, "que no existe ninguna empresa que vaya a realizar dicho servicio". Espacios y Congresos se limita a afirmar que ha rescindido el contrato.
"Va a ser la selva"
"Nadie se puede creer que vayan a dejar esto abandonado". Los trabajadores no salen de su asombro. "Esto está así por el trabajo de 10 años", lamentan. Ellos podan, retiran las hojas, riegan, abonan. Y desbrozan la zona forestal para evitar incendios en verano. "Si nadie lo cuida, va a convertirse en una selva". A eso suman las situaciones personales. Hijos en paro que vuelven a casa, hipotecas que pagar, miedo a no volver a trabajar pasados los 50 años. "Y todo sin darnos ni una explicación". "Los trabajadores tendrían derecho a subrogarse en la nueva empresa, si es que contratan a otra", explica el coordinador de jardinería del sindicato CGT, José Manuel García.
Hace poco se cayó un árbol sobre la carretera, que impedía el paso de los coches. Allí fueron los jardineros a ayudar a retirarlo. También se encargaban de limpiar los espacios al aire libre después de los grandes eventos. Mantenían los jardines de la residencia Tercera Edad y los alrededores de las centrales del Samur y la Policía Municipal. Incluso limpiaban la zona de prostitución que se ha establecido junto a uno de los aparcamientos.
Es "un lugar privilegiado", según la web de Espacios y Congresos. Que, de momento, nadie cuidará.
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