Holanda impone el escáner corporal en los vuelos a EE UU
El aparato reproduce el contorno del cuerpo desnudo del pasajero
Holanda ha decidido imponer el uso del escáner corporal en el aeropuerto internacional de Ámsterdam-Schiphol, el tercero del mundo en trayectos intercontinentales. Hasta la fecha, la medida era voluntaria y precisaba del consentimiento previo del pasajero. Dado que las microondas usadas producen una imagen clara del contorno del cuerpo desnudo, los 15 instalados desde 2007 sólo se ofrecían como una alternativa al detector tradicional de metales. El atentado fallido de Detroit ha cambiado las cosas. Para dentro de tres semanas, todos los viajeros que vuelen a Estados Unidos pasarán obligatoriamente por el arco de estos dispositivos.
Guusje ter Horst, ministra holandesa del Interior, justificó ayer la nueva norma con firmeza: "El mundo se ha librado de una catástrofe. Imaginen lo que hubiera ocurrido de haber estallado el avión en el aire. La seguridad debe primar sobre la privacidad", dijo. Si bien admitió que los explosivos escondidos en la pierna por Umar Farouk Abdulmutallab "podrían haber sido detectados con el escáner", también recordó por qué no se usaban en los vuelos a Estados Unidos. "Washington no quería en nombre de la protección de la intimidad", aseguró. A partir de ahora, sin embargo, la situación será distinta. Janet Napolitano, responsable estadounidense de Seguridad Nacional, ha sido informada del próximo uso de los aparatos y ha dado su visto bueno.
La UE analizará la posibilidad de extender su uso al resto de aeropuertos
La Unión de Libertades Civiles ha denunciado los posibles abusos
"El atentado lo organizaron profesionales, pero, afortunadamente, la ejecución no lo fue", aseguró la ministra, que recapituló los pasos dados por el terrorista durante su estancia en suelo holandés. Según las primeras investigaciones, no había estado antes en Ámsterdam, ni tampoco salió de la zona de tránsito. Con todo, en algún punto hubo un error burocrático. Aunque Abdulmutallab aparecía en la lista de 550.000 sospechosos manejada por Estados Unidos, tenía un visado válido para viajar allí. "Hay demasiadas listas muy largas que deben cotejarse. Preferiría una sola, aunque eso depende de mis colegas de Justicia", concluyó Ter Horst.
A la espera de las conclusiones de las pesquisas, la política se centró después en el futuro del escáner aeroportuario. Sus características van a ser modificadas para su próximo uso intensivo. Las microondas que utiliza son menos potentes que los rayos X, capaces de detectar objetos ocultos dentro del cuerpo. De todos modos, en nombre de la intimidad, el control de la representación visual del cuerpo del viajero será efectuado por un ordenador. En caso de duda, es decir, cuando aparezcan zonas dudosas, un guarda de seguridad cacheará al sujeto sospechoso de ocultar algo. "Como incluso con los 15 escáneres en marcha será imposible controlar a todo el mundo, se mantendrá el cacheo", ha advertido la ministra.
A petición de Holanda, la Unión Europea analizará a partir de enero la posibilidad de extender su uso al resto de los aeropuertos comunitarios.
Con esta iniciativa, La Haya trata de vencer la postura reticente de la Comisión Europea. Sin ir más lejos, el pasado diciembre, el comisario de Transporte, Antonio Tajani, recordó que los socios tenían muy en cuenta "el serio impacto del escáner corporal sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos, salud y costes de viaje". En EE UU, la discusión genera también posturas encontradas. Los aparatos que allí se preparan son de rayos X. Muy avanzados, devuelven una imagen precisa del cuerpo y de la ropa interior. Tanto, que la Unión de Libertades Civiles ha denunciado los posibles abusos "de un registro virtual del desnudo, con todas las operaciones quirúrgicas que se hayan podido hacer".
Debido a estas críticas, la Administración de Seguridad del Transporte está mejorando una técnica que no tiene aún fecha para su aplicación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.