Serbia llama a la puerta de Europa a los 10 años de la guerra de Kosovo
Belgrado presenta su candidatura a la UE en un gesto crucial para los Balcanes
Serbia presentó ayer su candidatura a la Unión Europea en un acto de alta carga simbólica para toda la región balcánica, que ve cómo la principal potencia regional y un país hasta hace poco considerado un paria en la escena internacional es admitido a la puerta del club más ambicionado del mundo.
La llegada de Serbia al umbral comunitario confirma que la ensangrentada región evoluciona hacia la estabilidad. Dejándose llevar por la euforia del momento, el presidente Boris Tadic expresó su deseo de ver a Serbia en la Unión Europea en 2014. Vuelto a la realidad, concedió que tal hecho sería "una sorpresa positiva".
El número 10 fue ayer protagonista de la conferencia de prensa conjunta celebrada en Estocolmo por Tadic junto al primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, presidente de turno de la Unión, y del comisario Olli Rehn, responsable de Ampliación. "Llevamos ya 10 años de vida democrática, hace 10 años que acabó la guerra, han pasado 10 años desde el fin de nuestro aislamiento", comenzó Tadic con ánimo celebratorio para poner en perspectiva la ocasión y recordar el camino recorrido por Serbia desde el presidente Slobodan Milosevic hasta hoy. "Durante estos 10 años nuestro principal objetivo ha sido integrar a Serbia en la Unión Europea".
La entrega a La Haya del ex general Ratko Mladic es aún un obstáculo
El presidente Tadic confía en que el ingreso se produzca en el año 2014
Ante ese alegato apasionado, el agua fría arrojada de inmediato por Rehn casi pareció cruel. Según el comisario, Serbia podrá alcanzar la meta que se ha marcado "dentro de un plazo de 10 años" y eso sólo si mantiene la actual velocidad de crucero de las imprescindibles reformas para manejarse en el club. La década apuntada por Rehn es más bien una horquilla, que en el mejor de los casos podría recortarse hasta 2014, como ambiciona Tadic: "El día D es 2014". Pero es harto improbable, dados los desafíos pendientes, como reconoció el propio presidente. "No es seguro que lo vayamos a conseguir, pero es el objetivo. Si nos esforzamos mucho podemos dar una sorpresa positiva", precisó.
Reifeldt no pudo evitar la alusión al "gesto histórico" de ver a Serbia llamando a las puestas de la Unión, antes de aludir a tareas pendientes: "Terminar las reformas, encontrar a los criminales de guerra y consolidar la democracia y la economía de mercado".
Con respecto a los dos criminales de guerra todavía en busca y captura -el general Ratko Mladic, responsable de la matanza de Srebrenica en 1995, la mayor en Europa desde la II Guerra Mundial, y el jefe de los serbios en Croacia, Goran Hadzic-, Tadic ofreció las palabras a que estaba obligado: "Tenemos que capturar a Mladic y Hadzic y trabajamos en ello cada día, cada minuto; es el deber del presidente".
El otro gran contencioso pendiente, la proclamada independencia de lo que para Serbia es todavía la provincia de Kosovo, sigue envuelto en la nebulosa política. "Serbia tiene que convertirse en un pilar de estabilidad regional, pero eso no quiere decir que vayamos a reconocer la independencia de Kosovo", subrayó Tadic. Sobre esa escisión ni siquiera la Unión Europea ha sido capaz de ponerse de acuerdo, con cinco países entre los Veintisiete, España entre ellos, que se niegan a reconocer la independencia.
Kosovo es una patata caliente en Serbia y en la UE, un conflicto que Bruselas confía un día en resolver con la admisión simultánea de ambos en el club, lo que exigiría a Belgrado una flexibilidad que hoy le resulta imposible. De hecho, la proclamación de la independencia por Kosovo en febrero de 2008 provocó tal sarpullido nacionalista en Belgrado que la Unión temió perder para siempre al mayor país balcánico, desgarrado entre las fuerzas europeístas encarnadas por Tadic y los nostálgicos del pasado.
La Unión se movilizó justo a tiempo para incentivar en las urnas el voto racional, que se impuso ajustadamente al atávico. Tadic volvió a ser reelegido presidente para capitanear lo que el ministro sueco de Exteriores, Carld Bildt, considera "el Gobierno más europeísta de la historia serbia". Según Bildt, lo ocurrido ayer en Estocolmo "es una señal muy importante de que hay movimiento en los Balcanes".
Otras repúblicas de la antigua Yugoslavia ya han presentado su candidatura de ingreso en la UE. Croacia lo hizo en 2003, Macedonia en 2004 y Montenegro en 2008. Bosnia firmó el acuerdo de asociación en 2008. Eslovenia ingresó en 2004.
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