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La guerra de Gaza amenaza con pasar factura a la clase política de Israel

La ex ministra Livni cancela un viaje a Reino Unido por temor a ser detenida

La guerra de Gaza de hace casi un año pasa factura política a Israel, cuyo Gobierno se embarca en feroces campañas diplomáticas para abortar las iniciativas que desde enero deslegitiman en tribunales de países occidentales las campañas bélicas israelíes. Además del auge del fenómeno de los boicoteos académicos y comerciales, los dirigentes israelíes afrontan querellas criminales y órdenes de detención con frecuencia creciente. Una demanda ante un tribunal de Reino Unido forzó el domingo a Tzipi Livni, jefa de la oposición, a cancelar un viaje a Londres para pronunciar una conferencia. Corría el riesgo de ser detenida.

La ex canciller Livni integraba la cúpula de los dirigentes que decidieron el ataque a Gaza, un conflicto en el que se perpetraron crímenes de guerra, según el informe elaborado por el juez surafricano Richard Goldstone, tildado de "nazi" desde el Likud, partido gobernante. Murieron 1.400 palestinos, la gran mayoría civiles, en 23 días de ofensiva aérea, terrestre y marítima.

El Ministerio de Exteriores israelí conmina a Londres a reformar las leyes

Livni no se amilanó ayer: "Israel debe hacer lo que es adecuado para Israel, a pesar de los juicios, declaraciones y órdenes de detención... Adoptaría de nuevo cada una de mis decisiones". El primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió que no permitirá que sus soldados sean considerados "criminales de guerra" y calificó de "absurda" la persecución judicial de Livni en Londres. En tesitura similar se halla el titular de Defensa, Ehud Barak, que ejercía el mismo cargo en el Ejecutivo de Ehud Olmert, responsable de la operación militar en Gaza.

Las ONG palestinas se aferran a las normativas de los países europeos que permiten la persecución de los crímenes de guerra, independientemente del lugar en el que se cometieron y de la nacionalidad de sus autores.

El Ministerio de Exteriores israelí, alérgico a toda injerencia en sus asuntos internos, convocó ayer al embajador británico para protestar y conminó, con tono amenazador, a Londres a iniciar reformas legales. "Rechazamos esta cínica decisión legal contra Livni... Si Reino Unido no enmienda inmediatamente la ley que permite las órdenes de detención contra funcionarios israelíes, las relaciones entre nuestros países sufrirán". El titular de Exteriores británico, David Miliband, se apresuró anoche a calificar de "intolerable" la orden de detención emitida por un tribunal londinense.

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Tel Aviv y Londres ya anduvieron a la greña el 10 de diciembre. El Ejecutivo de Gordon Brown recomendó entonces a los comerciantes británicos que etiquetaran claramente los productos elaborados en las colonias de la Cisjordania ocupada para que el consumidor conozca su origen. "Esto es una capitulación ante las organizaciones pro-palestinas que daña el proceso de paz en Oriente Próximo en una coyuntura crítica...", afirmó Yossi Levy, alto funcionario israelí. Es el argumento empleado hasta el aburrimiento por un Ejecutivo que, sin embargo, torpedea la reanudación de las negociaciones.

La cancillería israelí insistió ayer: "Si los líderes israelíes no pueden visitar Reino Unido de manera honorable, ello será un obstáculo real al deseo británico de asumir un papel activo en el proceso de paz". Lo dice el ministerio cuyos funcionarios echan pestes de la implicación diplomática de países europeos en el eterno conflicto.

Israel pierde prestigio rápidamente entre las opiniones públicas de países aliados mientras los encontronazos con Gobiernos europeos se multiplican desde enero. Suecia, Noruega, Reino Unido e incluso EE UU han protagonizado roces diplomáticos y el deterioro de las relaciones con Turquía, único país musulmán con el que ha suscrito un acuerdo de cooperación militar, es mayúsculo.

Pero muy pocos en Israel comulgan con la opinión expresada recientemente por el columnista Gideon Levy: "Prolongamos la ocupación; encubrimos lo ocurrido en Gaza; escondimos lo acaecido en la segunda guerra de Líbano; construimos más y más en los asentamientos; siempre engañamos a todos... El mundo empieza a hacerse preguntas y a perder la paciencia. Ya hemos sido juzgados en rebeldía".

Tzipi Livni, el pasado día 3 en el Elíseo, en París.
Tzipi Livni, el pasado día 3 en el Elíseo, en París.EFE

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