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IV Conferencia de Presidentes

Rajoy avala el 'no' tajante de sus barones: "Zapatero confunde lealtad con adhesión"

Carlos E. Cué

Mientras el PSOE culpa a los populares del fracaso de la Conferencia de Presidentes, el PP reconoce en privado que muchos de sus barones autonómicos, muy molestos con la manera en la que se ha preparado el encuentro, no iban con actitud positiva -de hecho, Rajoy tuvo que convencer el pasado viernes a los de La Rioja, la Comunidad Valenciana y Murcia para que asistieran, porque querían boicotear el acto después de tomar el café con el Rey- pero culpa al presidente del Gobierno del fracaso por no haber trabajado antes el acuerdo.

El PP no niega la estrategia concertada de sus presidentes. Para eso se reunieron el pasado viernes todos los barones con Rajoy. Allí decidieron hasta los portavoces: el riojano Pedro Sanz y el gallego Alberto Núñez Feijóo -el que más tiempo lleva en el cargo y el que menos-. Además había en el Senado cuatro personas del equipo de confianza del líder, dos económicos y dos políticos, en contacto con la calle Génova, estudiando las propuestas del Gobierno y mandando notas a los presidentes. Pero todos coinciden en que la decisión de Zapatero de no dar a conocer el documento económico hasta las 14.30 enfadó a todos y no hizo mucha falta ningún trabajo de coordinación porque estaban todos de acuerdo. Presionados por los más pactistas -entre ellos el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el gallego, Núñez Feijóo, que lleva años defendiendo la Conferencia de Presidentes-, los barones del PP propusieron a última hora aprobar simplemente que se llevaran los dos documentos, el del Gobierno y el del PP, para que se discutieran en las conferencias sectoriales. Pero Zapatero dijo que había que pactar algo más, que eso era como no pactar nada, y fue imposible.

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Rajoy logró así que nadie de los suyos respaldara la política económica del Gobierno, lo que le habría dejado sin discurso. El líder del PP avaló ayer la decisión de sus barones. "Pusieron en evidencia la frivolidad del Gobierno. Zapatero reaccionó de forma destemplada, con un tic autoritario. Confunde lealtad con adhesión inquebrantable. Si quiere un acuerdo, que lo prepare", sentenció.

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