El PSOE reconoce que dio al PP "la coartada" para boicotear un acuerdo

"En la Conferencia había dos clases de presidentes: los que estábamos por un acuerdo en beneficio de todos los españoles y de nuestras respectivas comunidades autónomas y los que entraron ya con la decisión de que no hubiera pacto alguno". Ésta es la síntesis que realiza el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, del PSOE, en relación con la IV Conferencia de Presidentes celebrada el lunes en el Senado y que se saldó con un rotundo desacuerdo. Fernández-Vara coloca en la primera categoría, los que sí querían un acuerdo, a los presidentes del PSOE. Según esta versión, los del PP no hubieran aprobado nada pasara lo que pasara durante las diez horas de debate.

Ahora bien, los presidentes socialistas reconocen que el procedimiento utilizado por el Gobierno "ha facilitado la coartada al PP", al aferrarse al hecho de que no recibieron el documento que el Gobierno pretendía utilizar como base para un pacto hasta el lunes mismo, y ni siquiera a primera hora, sino en la mitad de la reunión. En ámbitos socialistas de comunidades autónomas diversas reconocen que sí pensaban que iban a tener esos documentos con anterioridad.

Varios presidentes del PP valoraron la propuesta del Gobierno

Pero también este argumento es minimizado por los propios socialistas. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, declara: "Todos los que estábamos allí tenemos la autoridad y, desde luego, la capacidad intelectual para interpretar, valorar y juzgar el documento que nos presentó el Gobierno de la nación".

En los testimonios recogidos por este periódico entre presidentes socialistas hay coincidencia en que "los presidentes del PP actuaron en formación, comandados por Pedro Sanz de La Rioja y Alberto Núñez Feijóo de Galicia". La versión socialista descansa sobre la base de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quería llegar a acuerdos y "cedió muchísimo". Y a ello le querían ayudar los presidentes del PSOE. El extremeño pidió dentro de la reunión que se emplearan las horas necesarias para discutirlo y enmendarlo. "En un primer momento cedieron pero muy pronto volvieron a la estrategia del no", señalan asistentes socialistas a la reunión.

El Gobierno no admite la autocrítica sobre la Conferencia de Presidentes del pasado lunes. Su tesis es que los presidentes autonómicos del PP acataron la consigna del líder de su partido, Mariano Rajoy, de boicotearla. El argumento que utilizaron para oponerse a un acuerdo -que incluía todas las propuestas del PP menos la reforma laboral y la subida de impuestos- fue una "excusa" para justificar una decisión tomada con antelación. El vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, defendió ayer que el Ejecutivo actuó de la misma forma en las tres anteriores conferencias. Chaves se comprometió a desarrollar las propuestas sobre empleo que no obtuvieron consenso el pasado lunes, en una nueva reunión con las comunidades interesadas en participar en un acuerdo.

El ministro de Política Territorial conversó en los días previos con todos los presidentes autonómicos para allanar el camino a posibles acuerdos. Una semana antes se reunió con consejeros de las comunidades para pactar el orden del día y el nuevo reglamento. En dicha reunión, varios Gobiernos del PP vieron admitidas sus propuestas de introducir en el orden del día asuntos de su interés sobre agricultura, pesca y administración de los recursos hídricos.

Chaves se reunió también varias semanas antes de la conferencia con el responsable de política territorial del Partido Popular, Javier Arenas. Según el vicepresidente, "el PP ha confundido interesadamente la Conferencia de Presidentes, que es un órgano de cooperación, con un Parlamento".

Chaves desveló ayer que el presidente valenciano, Francisco Camps, reconoció que el documento integrador que presentó José Luis Rodríguez Zapatero era "un buen documento"; que el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, admitió que sobre ese documento "se podía construir" y que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comentó que el texto contenía "cosas asumibles".