ERC saca pecho frente al PSC para 'robarle' los tenderos a CIU

Los tenderos constituyen uno de los graneros de votos tradicionales de Convergència i Unió (CiU) y uno de los espacios electorales en los que a la federación nacionalista se le cruza y atraganta Esquerra Republicana (ERC). Sólo en esta clave se explica que el presidente de ERC, Joan Puigcercós, se apresurara el pasado jueves a colgarse una bonita medalla ante los pesos pesados del pequeño y mediano comercio catalán, al cortejarles con un supuesto "acuerdo en el seno del Gobierno" que, a falta aún de algunos flecos, contentaría al sector al limitar el margen de maniobra de los municipios para dar licencias de nuevas aperturas.

La sensibilidad municipalista del PSC, que gobierna en los principales núcleos urbanos de Cataluña, ha generado discrepancias al respecto entre el departamento responsable de comercio, cuyo titular es Josep Huguet, y Economía y Política Territorial. ERC quiso ser la primera en lanzar las campanas al vuelo, en cuanto tuvo indicios de que el pacto estaba hilvanado, como un acto de reafirmación frente a los socialistas. Sobre todo después del duro y reciente ataque que el tripartito recibió de CiU a vueltas con el comercio en el Parlament.

Y sin embargo, durante todo el día de ayer se produjo la más que kafkiana situación de que ningún departamento del Gobierno tripartito -ni siquiera el de Innovación, Universidades y Empresa, de ERC- confirmara oficialmente que existe ya un pacto de gobierno que, entre otros aspectos, atribuya a la Generalitat y no a los ayuntamientos la potestad de otorgar licencias comerciales a establecimientos de más de 1.300 metros cuadrados como había anunciado Puigcercós.

El anteproyecto presentado el pasado 30 de septiembre sólo reservaba a la Generalitat esta competencia en el caso de las grandes superficies, de 2.500 metros cuadrados o más, para desmayo del pequeño comercio. Éste desea que decida la Generalitat, sobre todo en los municipios de menos habitantes, porque, a menor tamaño del municipio, mayor vulnerabilidad a las presiones de los grandes operadores.

"Las negociaciones avanzan, están maduras y confiamos en que pronto pueda haber acuerdo", dijo un portavoz de Innovación, que no entró a valorar que sea el presidente de ERC y no los responsables de comercio en el Gobierno la que saliera a hablar de pacto. Economía declinó confirmar o negar nada. "Que dejen de hacer el ridículo, que se dejen de batallas políticas", comentó la Confederación Catalana de Comercio (CCC).

En un acto público en Lleida, la directora general de Comercio, Gemma Puig, declaró que la Generalitat aprobará antes de que acabe el año un decreto ley destinado a paliar el vacío legal que se produciría hasta que se tramite la definitiva nueva ley del comercio catalana. Nadie parece ponerse de acuerdo sobre las consecuencias de que haya o no vacío legal, que se explica por la entrada en vigor de la directiva europea de liberalización de servicios el día 28 de este mes.

El cortejo preelectoral del sector ha sido estridente durante la larga y farragosa modificación de la ley catalana del comercio, que busca adaptarse al nuevo marco legislativo que dicta Bruselas manteniendo la defensa del comercio urbano y a raya a las grandes superficies, fuera de las tramas urbanas consolidadas.