¿Quién tiene la culpa del atasco?
Madrid amanece colapsada por las primeras lluvias - Falta coordinación entre las administraciones para retirar con rapidez los vehículos accidentados
Llueve y la niebla cubre la carretera a primera hora de la mañana. Se ve mal y algunos coches chocan levemente con otros. Sólo en una hora, de 7.30 a 8.30, se producen casi una decena de colisiones en puntos distintos de Madrid. Y en pocos minutos, las retenciones en las principales vías de acceso a la capital, además de la M-40, suman 180 kilómetros de colas, el equivalente al camino de ida y vuelta de Madrid a Toledo. El atasco se extiende como una mancha de petróleo por la ciudad, donde también hay conductores varados, colisiones y caos. La hora punta se alarga, dura el doble, hasta las 12.00.
En síntesis, eso fue lo que ocurrió ayer. El que quedó atrapado lo sabe. Y es probable que, mientras avanzaban poco (o nada), miles de conductores se preguntaran por qué. ¿Cómo es posible que una decena de accidentes colapse Madrid? ¿Hay responsables? ¿Quiénes son? Y lo más importante, ¿cuál es la solución?
Los conductores no respetan la distancia mínima, según los expertos
En un gran atasco, las responsabilidades se reparten. Empiezan por el conductor. No sabemos conducir con lluvia (o lo hacemos peor). En esto coindicen las asociaciones de conductores, la Dirección General de Tráfico (DGT), el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Fomento. Circulamos más despacio, pero sin guardar la distancia de seguridad, añaden. Las primeras lluvias del otoño forman una placa deslizante con la tierra y ¡zas!, se producen los accidentes de chapa, esos que no tienen víctimas pero sí consecuencias.
Y ahí empieza la perdición. En una gran ciudad, "si se produce un accidente en hora punta, cada minuto que se pierde en despejar la vía supone un kilómetro más de atasco", explica Federico Fernández, subdirector de Gestión de Tráfico y Movilidad de la DGT. Para atravesar ese kilómetro de colas se necesitan 10 minutos. Es decir, que, con el conductor tardará una hora en llegar a su destino. Por eso es importante actuar rápido para despejar la vía, como pide Antonio Lucas, portavoz del club de automovilistas RACE. "Sí, la retirada de vehículos debería ser más ágil", admite Pedro Ayuso, director general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, que asume que se necesita más coordinación para retirar los vehículos accidentados.
Porque se puede conducir con más atención, evitar el coche cuando llueve o no bajar la velocidad para mirar el accidente del carril de al lado (lo que algunos expertos llaman "el atasco del cotilla") u ojear qué tiempo hace antes de coger el coche. Planificar el itinerario. Pero hay soluciones que no dependen del conductor y que las administraciones no necesariamente ponen en marcha.
Las carreteras no van a crecer más, coinciden los expertos, porque no se puede redimensionar toda la red para la excepción: los embotellamientos. "La demanda del tráfico es ilimitada, cuantas más carreteras pongas, más coches saldrán a la calle, ampliar las infraestructuras no es la solución", zanja Vicente Vilanova, jefe de Demarcación de Carreteras en Madrid del Ministerio de Fomento. Pero sí admite que necesitan arreglos, sobre todo en las intersecciones. Y pone el ejemplo del cruce de la M-40 con la M-511, donde hay una glorieta "que crea grandes retenciones" y que sustituirán por ramales rectos.
El responsable de la DGT va un paso más allá. El atasco -el de ayer de la lluvia y el que cada mañana sorprende a miles de conductores en Madrid- no acabará fácilmente. "Tendríamos que cambiar las pautas de movilidad, modificar y pensar de otra manera la planificación del crecimiento de las ciudades", asegura Federico Fernández. El subdirector de Gestión de Tráfico y Movilidad de la DGT considera que "ni en Madrid ni en general" se ha tenido en cuenta el tráfico a la hora de construir un nuevo barrio o los desarrollos urbanísticos de la corona metropolitana.
Anatomía de un atasco
- En días laborables, la red de carreteras de Madrid sufre lo que se llama un "atasco recurrente", en palabras de la DGT. Supone unos 90 kilómetros de retenciones de media a primeras horas de la mañana, según estima ese organismo.
- En días como ayer, al atasco normal de la mañana se le suma otro tipo de embotellamiento, el "no recurrente", según la DGT. Se produce por causas iniesperadas, como la decena de colisiones ocasionadas por la lluvia y repartidas por la red que tuvieron lugar en las vías de acceso, y otras ochos colisiones más que se registraron en el interior de la ciudad.
- Cuando al atasco habitual se suma el imprevisto, las retenciones son mucho mayores. ayer hubo 180 kilómetors de atascos, que afectaron sobre todo la M-40, con retenciones de hasta 12 kilómetros entre los puntos kilométricos 12 y 24 y otros nueve kilómetros más en el kilómetro 55, siempre en dirección a la carretera de Burgos. Otras vías muy afectadas fueron la A-6, la A-2 y la A-1.
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