El Gobierno teme que Al Qaeda extreme sus exigencias por tratarse de españoles

El Gobierno español está convencido de que el secuestro de los tres cooperantes de la ONG catalana Barcelona Acció Solidària, ocurrido el pasado domingo en la principal carretera de Mauritania, es obra de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la extensión norteafricana de Al Qaeda. La duda es si los terroristas querían detener a extranjeros o buscaban específicamente a españoles. De ser cierta esta última hipótesis, el precio político y económico del rescate podría ser más elevado que el exigido en los anteriores secuestros, señalan expertos que asesoran al Ejecutivo. Sus temores se fundamentan en la información que les transmite el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que, como en el caso del pesquero Alakrana, coordina el seguimiento y la respuesta al golpe terrorista.

El presidente de Mauritania fue el primero en apuntar a Al Qaeda

El primero en apuntar a la autoría de Al Qaeda fue el presidente mauritano, Mohamed Ould Abdelaziz, quien el domingo habló con el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos. Le indicó que por los casquillos y "las huellas que dejó el vehículo que participó en el secuestro" se trataba de ese grupo terrorista.

Albert Vilalta, Alicia Gámez y Roque Pascual fueron capturados por un grupo de hombres armados el domingo por la tarde cuando viajaban en el último vehículo de un convoy de la ONG Barcelona Acció Solidària por la principal carretera del país que une Nuadibú, el mayor puerto mauritano, con Nuakchot, la capital. Las operaciones para su búsqueda están coordinadas por el Estado Mayor del Ejército Mauritano y en ellas participan dos aviones del ejército del aire, cinco patrullas de la policía y efectivos del ejército de tierra.

España ha ofrecido los medios que la Guardia Civil tiene en el país para luchar contra la inmigración ilegal pero el país africano los ha rechazado.

En Mauritania se han producido varios atentados terroristas estos últimos años, pero el secuestro de occidentales no tiene precedentes. La zona por la que transitaban es considerada como segura y no está incluida en las recomendaciones de áreas a evitar que realizan las embajadas europeas.

En los comunicados de AQMI y en las proclamas de Ayman el Zawahiri, brazo derecho de Osama Bin Laden, Francia y España -las ex potencias coloniales del Magreb- han sido siempre objetivos predilectos.

Al Qaeda volvió en octubre a demostrar su obsesión con España al bautizar su productora, que fabrica vídeos y los cuelga en Internet, como Al Andalus, el nombre con el que los árabes se refieren a la península Ibérica cuando estaba islamizada.

"La extensión norteafricana de Al Qaeda ha heredado de su antecesor -el Grupo Salafista de Predicación y Combate- una especial hostilidad hacia Francia", escribe Fernando Reinares, investigador sobre terrorismo del Real Instituto Elcano, en la revista Afkar Ideas. "Pero sus muestras de animadversión hacia España y los españoles no son menos notables".

"Los rehenes españoles son para Al Qaeda un botín más suculento que los austriacos, suizos, alemanes o canadienses que secuestró meses atrás", afirma otro experto que prefiere permanecer en el anonimato. "De ahí que intente obtener mayor tajada". Además del dinero podría pedir la liberación de presos islamistas en cárceles españolas o incluso en argelinas y mauritanas.

Todos los anteriores secuestros duraron, como mínimo, seis meses y se saldaron -excepto en un caso que acabó en asesinato- con la liberación de los rehenes en Malí, el país a donde fueron trasladados, a cambio de un rescate negociado a través de intermediarios y que osciló entre tres y cinco millones de euros. Los tres catalanes estarán probablemente de camino hacia ese santuario terrorista en el norte de Malí.

Durante los largos meses que duraron los secuestros, los rehenes nunca fueron localizados. Algunos estaban en manos del grupo supuestamente más blando de AQMI, acaudillado por Moctar Ben Mostar, o del más duro dirigido por Abou Zeid. El francés Pierre Camatte, fue apresado el jueves en Menaka (Malí) por hombres de Abou Zeid. El CNI no sabe aún qué rama de Al Qaeda capturó a los catalanes.

España ha ofrecido a Mauritania que parte de los efectivos de la Guardia Civil desplegados en el país para luchar contra la inmigración ilegal se dediquen ahora a la búsqueda de los tres cooperantes, según anunció Moratinos en Estoril (Portugal). El Gobierno mauritano ha desestimado por el momento la ayuda.

El instituto armado tiene en Mauritania unos 30 agentes. Opera dos patrulleras, pero sobre todo un helicóptero. También dispone en Senegal de un avión CN-235 de patrulla que se podría trasladar a Mauritania en breve. Son medios muy insuficientes para rastrear en profundidad esa inmensa zona desértica. Moratinos explicó que el objetivo del rastreo consiste, ante todo, en impedir que los terroristas se trasladen con sus rehenes a Malí; una tarea difícil, según reconoció. El pequeño ejército mauritano se ha movilizado y ha cerrado algunos desfiladeros del desierto.

Al Qaeda se perfila como el principal sospechoso del secuestro de los cooperantes