_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuenta y riesgo

Almudena Grandes

Ahora que los tripulantes del Alakrana están en sus casas, sanos y salvos, supongo que ya se pueden hacer algunas consideraciones. Recordar, en primer lugar, que ese barco no pertenece al Estado español, sino a un señor. Que ese señor fue avisado en su momento de que si faenaba fuera de una determinada área de seguridad se exponía a que secuestraran su nave. Que, en el libre ejercicio de su iniciativa, decidió desoír esos avisos y, por desgracia, su nave fue secuestrada. En nuestro idioma existe una expresión muy precisa para estos casos: por su cuenta y riesgo. Por eso, es cuando menos sorprendente que ni la cuenta, ni el riesgo, parezcan pertenecer ya al dueño del Alakrana.

El otro día, Sáenz de Santamaría le espetó a Fernández de la Vega en el Congreso que su Gobierno tiene un serio problema a la hora de hacer uso de la fuerza. Es probable. El uso de la fuerza en el Tercer Mundo es, en sí mismo, un problema. Menor, en mi opinión, que la empanada mental que representa el concepto de propiedad privada para la portavoz del PP. En estos últimos días, su partido ha clamado contra cualquier intento de regular la economía, afirmando que la recuperación y el crecimiento sólo pueden provenir del libre ejercicio de la iniciativa empresarial. Entonces, ¿cómo se explica su exigencia de que se emplee al Ejército para proteger a unos barcos que son propiedad privada de algunos empresarios?

El Ejército español lo pagamos todos los ciudadanos de este país, con independencia de que nos guste, o no, recurrir al uso de su fuerza. El PP debería escoger entre su nostálgico modelo de país-macho -incompatible, por otra parte, con sus reproches por la captura de dos piratas- y su pretensión de reducir el Estado a un raquítico esqueleto formal. Y quienes actúan por su cuenta y riesgo deberían pagar sus cuentas y asumir sus riesgos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_