Feijóo a Caixanova: "Yo defiendo el interés de todos, no el de algunos"

Cada día, una nueva vuelta de tuerca para forzar a la dirección de Caixanova a aceptar la fusión con Caixa Galicia que pretende ya sin disimulo la Xunta. Las alusiones de Alberto Núñez Feijóo -siempre indirectas- tienen un claro destinatario: Julio Fernández Gayoso, presidente de la caja del sur, que sigue oponiéndose firmemente a la integración de las dos entidades gallegas. Cuando ayer le preguntaron por la negativa del consejo de Caixanova a la fusión, Feijóo defendió su "deber" de "defender los intereses de todos y no sólo los de algunos".

Luego llegó la cuestión planteada también por Caixanova sobre cuánto divergen sus informes y los que maneja la Consellería de Facenda. Entonces el presidente dejó claro que los buenos son los suyos y no los "de parte" que presentó la entidad. A la que, de paso, le pidió que se responsabilice de sus dictámenes técnicos. Con tono firme, repitió, otra jornada más, que tanto Caixa Galicia como Caixanova deberán explicar a la sociedad su postura, algo que está previsto que hagan la próxima semana.

CIG pide movilizar a la sociedad por la integración de las dos entidades

El grupo socialista vigués apoya la continuidad de Caixanova

Feijóo hizo estas declaraciones tras recibir a los representantes de UGT, Comisiones Obreras y CIG, dentro de la ronda de conversaciones que ha mantenido con los agentes sociales. Luego, uno tras otro, los tres líderes sindicales fueron pasando ante el micrófono de la Xunta para dar el visto bueno a la fusión que propone Feijóo. Los secretarios generales de Comisiones Obreras, Xosé Manuel Sánchez Aguión, y CIG, Suso Seixo, lo propusieron directamente en cuanto acabó la reunión. Desde la central nacionalista, Seixo echó un capote a Feijóo e incluso llamó, "ante los intereses localistas y los personalismos, a que la sociedad gallega se movilice y presione toda en un mismo sentido para garantizar que un sector básico de defensa de los intereses de Galicia esté en manos de entitades e instituciones políticas de Galicia".

El de UGT, José Antonio Gómez, optó por el suspense. Abogó primero por mantener la "solvencia, la estabilidad de los empleados y los centros de decisión en Galicia". Ya en el turno de las preguntas y después escuchar la rotundidad de sus compañeros, avaló la fusión y de paso descalificó el Sistema Institucional de Protección que propone el PSdeG entre las dos entidades gallegas, "un experimento, por llamarlo de alguna manera". La contundencia de los sindicatos sorprendió incluso a Feijóo, que otro día más evitó confirmar lo evidente: su apuesta por fusionar Caixa Galicia y Caixanova, una postura que hará pública antes de partir de viaje a América el próximo miércoles, siempre que las entidades no le pidan más tiempo.

Por la noche, en Vigo ante la élite empresarial y política de la ciudad, Feijóo evitó aludir al futuro de las cajas. Se limitó a recordar en el Círculo de Empresarios que "Vigo es una escuela", que su "pedagogía personal" le enseñó que "no hay objetivos imposibles ni crisis definitivas". "Frente a la resignación", aludió a gestas empresariales que tienen algo en común: hombres o mujeres que con un equipo que "ilusionan a los otros para alcanzar alianzas". Así de enigmático fue.

Entretanto, las diputaciones de A Coruña y Pontevedra aprobaron ayer sendas declaraciones sobre el asunto. La de A Coruña insta a mantener el centro de decisión de las cajas en Galicia y a una reforma de la ley que asegure su carácter público. La de Pontevedra, en línea con la moción del BNG que aprobó el Parlamento, insta a mantener su galleguidad, a democratizar sus órganos de gobierno en una nueva ley y, como añadido, fija un recordatorio para sus representantes en los órganos de gobierno a fin de que actúen en consecuencia, como delegados democráticos no subordinados a los criterios de los directivos de las entidades.

En Vigo el asunto ha puesto en jaque a los tres partidos. Socialistas y nacionalistas presentarán sendas mociones divergentes en el pleno del lunes. Mientras que la del BNG se enmarca en los criterios comunes que viene defendiendo esta formación, la del PSdeG propone respaldar el "proyecto empresarial autónomo, estable, solvente y eficiente" de Caixanova. El PP, para decantarse, prefiere esperar a la evolución de los acontecimientos.