"La vida va a seguir igual"
Los vecinos de Polop se desayunaron ayer con un nuevo sobresalto por la pesadilla que les persigue desde hace dos años cuando su alcalde, Alejandro Ponsoda, fue mortalmente tiroteado. En la trama del compló, urdido en el sórdido ambiente de un lupanar, participó su actual alcalde, Juan Cano. El arresto del regidor al amanecer por la Guardia Civil fue encajado con división de opiniones entre los vecinos: "Se veía venir, su comportamiento no era normal en estos días", dijo una mujer. "Para mí, es una sorpresa porque no es normal la implicación de un cargo público", replica otra convecina.
En el Ayuntamiento, los cuatro concejales restantes del equipo de gobierno local (todos, salvo el arrestado Cano y el ausente edil de Turismo, Joaquín Montiel, en este caso por motivos de trabajo) comparecieron para ofrecer una imagen de tranquilidad. La portavoz fue la primera teniente de alcalde, María Dolores Zaragoza, que pasará a ocupar el rango de alcaldesa accidental en cuanto se consuman 24 horas del arresto de Cano. Zaragoza reclamó la presunción de inocencia para el alcalde y se confesó "sobresaltada e impresionada". "Pero la vida va a seguir igual", dijo para aparentar serenidad.
Mientras, el abogado Antonio Martínez Camacho, que ejerce la defensa del empresario del calzado Salvador Ros García, detenido por el crimen ha presentado un recurso de reforma en el juzgado de La Vila que instruye el caso para que se levante parcialmente el secreto del sumario. Martínez Camacho asegura que su representado fue acusado por la Guardia Civil de ser el autor material de los disparos, aunque la juez lo envió finalmente a prisión como cooperador necesario.
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