Los uniformes y coches de la Ertzaintza lucirán desde la próxima semana la 'ikurriña' "oficial"
La ikurriña "oficial y homologada" comenzará a colocarse en los uniformes y vehículos de la Ertzaintza "de forma progresiva" a partir de la próxima semana. Lo confirmó ayer el consejero Rodolfo Ares, quien quiso zanjar con su anuncio la polémica surgida en las últimas semanas sobre la sustitución de la enseña actual, que según Interior no se ajusta a la normativa legal. La renovación conllevará la adquisición de 10.000 emblemas y un gasto de 15.000 euros.
La ikurriña "oficial", como la definió el consejero, se ajustará a los estándares técnicos definidos en el manual de identidad corporativa del Gobierno vasco. En el caso de la indumentaria, tendrá unas dimensiones de 55x30 milímetros y lucirá en la parte superior de la manga izquierda de todos los uniformes de uso externo, como camisas, jerséis, chaquetas o chamarras. En lo que afecta al parque móvil, variará su tamaño y ubicación en función de su colocación en turismos, motocicletas, furgonetas, camiones, helicópteros o embarcaciones.
El Gobierno gastará 15.000 euros en la adquisición de 10.000 banderas
El propio Ares, autorizado por el Consejo de Gobierno, dictó el martes sendas órdenes para ajustar los distintivos de la Ertzaintza a la ley. Ambas entrarán en vigor un día después de su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco, probablemente "la próxima semana". Después, su implantación será paulatina. Se corregirá así la presencia irregular de la actual ikurriña con forma de escudo y una E gótica en su interior.
La sustitución ha generado un profundo malestar en las filas del PNV, que incluso ha llegado a acusar en las últimas semanas al nuevo Gobierno de atacar los símbolos de identidad de Euskadi. Lo cierto es que el distintivo actual, que sólo porta la unidad de Tráfico, deriva de una regulación que aprobó el Ejecutivo tripartito en 2007, pero que nunca se llegó a desarrollar. El presidente peneuvista en Vizcaya, Andoni Ortuzar, insistió ayer en las críticas y consideró que la renovación de la ikurriña sólo responde a "un capricho" del consejero.
Ares no quiso entrar en la polémica y se limitó a deplorar los intentos de utilizar "la bandera de todos". En relación a los distintivos irregulares, aseguró conocer "quién los implantó y cuánto pagó", pero rehusó dar el nombre y el coste. "Queremos mirar al futuro y resolver problemas, no crearlos", concluyó.
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