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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pragmática de supervivencia

El término triage nació en los provisionales hospitales de campamento en el frente francés de la I Guerra Mundial: se refiere al proceso de ordenamiento selectivo de pacientes cuando ni el tiempo, ni los recursos permiten garantizar atención médica a todo aquel que la necesita. La lógica del contexto obliga a poner en cuarentena la inercia humanista: el herido con escasas perspectivas de supervivencia pasa a convertirse en una suerte de precadáver en esa sala de espera que es lo que le queda de vida. En esta película de Danis Tanovic, dos reporteros de guerra contemplan la variante de la fórmula que aplica un médico militar en el Kurdistán: las únicas alternativas son la atención médica para quien pueda incorporarse rápidamente como miembro efectivo del pelotón o el tiro de gracia, que se dispara antes en nombre del pragmatismo que de la misericordia.

TRIAGE

Dirección: Danis Tanovic.

Intérpretes: Colin Farrell, Paz Vega, Christopher Lee, Juliet Stevenson, Branko Djuric, Jamie Sives.

Género: drama. Irlanda, España, 2009. Duración: 99 minutos.

Ignora este crítico si sobre la mesa de trabajo de Danis Tanovic se acumulaban muchos proyectos, pero quizás el proceso que ha desembocado en la materialización de esta película tenga algo que ver con la aplicación de un pragmático triage sobre un abanico de posibilidades: tras la revelación de En tierra de nadie (2000) y el tropiezo con una apuesta de riesgo como El infierno (2007) -el relevo del maestro Kieslowski lo carga el diablo-, da la impresión de que el cineasta ha dado prioridad a la idea con mayores probabilidades de supervivencia en la zona de guerra de los circuitos de distribución. Y las contrapartidas de su decisión saltan a la vista: Triage quizás amplíe su mercado, pero también es su película menos interesante.

Adaptación de la novela homónima del corresponsal de guerra Scott Anderson, Triage hurga en el cargamento de culpa que, posiblemente, todo testigo del horror en nombre del periodismo se lleva en su regreso a la vida civil. Una elipsis secciona la trama para justificar una revelación final, que, sin duda, cualquier espectador encallecido recibirá con la misma resignación con que se abre la puerta a esa fastidiosa visita familiar que no perdona ni una fecha señalada.

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