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La negociación para liberar el atunero | DECLARACIÓN ANTE EL JUEZ DE LOS DOS PIRATAS DETENIDOS EN ESPAÑA

"Nos secuestraron los secuestradores"

Abdu Willy y Raageggesey alegan que son víctimas de los captores del 'Alakrana'

Natalia Junquera

Mientras el Gobierno busca un acuerdo con Somalia, y los jueces, una vía legal que permita resolver el chantaje de los piratas, que han amenazado con matar de tres en tres a los marineros del Alakrana si España no traslada a su país a los dos secuaces presos en Madrid, ellos no sólo se declaran inocentes. Cabdiwelly Cabdullahi, Abdu Willy, y Raageggesey dicen ser nada más y nada menos que "víctimas de los piratas".

Abdu Willy -el pirata que fue sometido a siete pruebas médicas para concluir que era mayor de edad- y Raageggesey -que resultó herido de bala durante su captura- han declarado ante la policía y al juez Garzón que este asunto no es lo que parece. Fuentes jurídicas aseguran que los dos detenidos relataron haber sido secuestrados por los secuestradores del Alakrana. Este es el extraordinario relato de los dos detenidos.

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Abdu Willy y Raageggesey aseguran ser pescadores y pertenecer a una familia humilde a la que sacan adelante con lo que pescan en el mar. Raageggesey, de 31 años, explicó que está casado y tiene muchos hermanos. Abdu Willy insistió en que tiene 16, dijo ser soltero y repitió constantemente que quería llamar a su madre a Somalia. Según su relato, ambos estaban pescando cuando un grupo de piratas, a los que se les había estropeado su lancha, les pidió que les llevaran hasta el Alakrana. "Nosotros no llegamos a subir al barco", han asegurado los detenidos.

Preguntados por quién les había dado los 2.500 dólares (unos 1.700 euros) y los teléfonos que llevaban encima (propiedad de los tripulantes del Alakrana) cuando fueron apresados por la fragata Canarias, Abdu Willy y Raageggesey respondieron que había sido un obsequio de los piratas, a modo de compensación, por las molestias de haberles llevado al atunero.

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El relato no convenció al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que confirmó la prisión incondicional de los detenidos.

El magistrado relató los hechos de manera bien distinta. El juez cree que tanto Abdu Willy como Raageggesey pertenecen a una organización criminal llamada Burcaad Badeed (los que roban en el mar) y que ambos partieron de dos lanchas del puerto de Giboora con otros piratas. Las barcas en las que viajaban fueron remolcadas por un esquife durante 19 días, hasta que dieron con el Alakrana. Llevaban al menos un Kalashnikov, tres bazocas y pistolas, además de un GPS y una radio para orientarse en alta mar.

La fragata Canarias dio con ellos el 3 de octubre, un día después del secuestro, al detectar un avión de patrulla marítima español que al Alakrana le faltaba un esquife, un motor fuera borda y una escala. Una vez ubicada la embarcación, vieron que llevaba a dos personas a bordo que se habían bajado del Alakrana. La fragata Canarias envió un equipo de asalto en dos lanchas neumáticas. Dispararon ráfagas de ametralladora para que el esquife se detuviera. Un helicóptero de apoyo informó de que los dos ocupantes estaban tumbados y cubiertos con una manta. Como no se incorporaban, el jefe del equipo de asalto decidió abordar el esquife, y entonces uno de ellos, Raageggesey, se levantó bruscamente y realizó un movimiento sospechoso con la mano, que provocó que el grupo de asalto disparara. Adji Haman fue herido en el pecho.

Sin embargo, los detenidos declararon que iban armados porque los propios piratas les habían entregado armas para que se protegieran de otros piratas durante la ruta de regreso a casa. Y sobre el abordaje y la herida de bala, Raageggesey, que fue interrogado por Garzón en el hospital Gregorio Marañón, relató que no había hecho nada para que le dispararan, que él iba dormido en la barca, se despertó, se levantó y recibió un tiro, según fuentes jurídicas.

Mientras Raageggesey se recuperaba de sus heridas, Abdu Willy era sometido hasta siete pruebas médicas para confirmar que era mayor de edad. Fuentes jurídicas aseguran que vivió el proceso con perplejidad, y que no para de repetir que quiere hablar con su madre en Somalia.

Su abogado plantea al fiscal que valorando su grado de participación y quizá incluso su cooperación con las autoridades, pueda imponérsele una pena inferior a seis años que permita su expulsión a Somalia, en lugar del encarcelamiento en España.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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