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Mar pide a la UE que permita vender molusco de las rías más contaminadas

Alega que la depuración permite cumplir con los requisitos sanitarios

La Xunta quiere que los mariscadores de las zonas más contaminadas de las rías gallegas puedan vender directamente su producto en fresco, después de pasar por un proceso de depuración, a pesar de que la Unión Europea lo prohíbe. Por eso, la conselleira de Mar, Rosa Quintana, reclamó ayer en Brusekas ante el comisario de Pesca y Asuntos Marítimos europeo, Joe Borg, una moratoria de la ley.

La UE sólo permite que los moluscos procedentes de las llamadas zonas c -contaminadas por bacterias coliformes a causa de los vertidos de aguas fecales- se destinen a la industria transformadora (que los cuece antes de ponerlos en el mercado en conservas) o se vuelvan a plantar en una zona libre de contaminación durante un largo periodo antes de que puedan comercializarse.

La titular de Mar se desplazó a Bruselas para reunirse con Borg y pedirle una prórroga alegando que en Galicia existen "excelentes técnicas de depuración" diferenciadas que garantizan que los productos llegan a la mesa del consumidor en perfecto estado, cumplen con los requisitos sanitarios internacionales y no suponen ningún tipo de riesgo para la salud.

"Lo que pedimos es que la Unión Europea reconozca esta particularidad y nos permita acogernos a la moratoria", explicó Quintana, porque desde la Xunta entienden que "puede haber una posibilidad" de que la UE conceda a Galicia un aplazamiento en la aplicación de la ley. La conselleira entregó al comisario de Pesca informes científicos que avalan el sistema de depuración de Galicia, así como del plan de saneamiento integral de las rías que elaboró la Consellería de Medio Ambiente.

En Galicia existen actualmente 18 zonas con la catalogación máxima de contaminación en las rías de Viveiro, Cedeira, Ferrol, O Burgo, Corcubión, Muros, Arousa, Pontevedra y Cangas. Los mariscadores de estas zonas reciben cada año millones en ayudas de la Xunta para compensar las pérdidas que provoca la presencia de restos fecales en las rías a causa de la mala o nula depuración de las aguas residuales.

Durante la reunión, Quintana también trasladó a Borg la inquietud de la consellería ante una posible reducción por parte de la UE de los niveles de biotoxinas permitidos en los moluscos. Esta rebaja aumentaría el tiempo de cierre en las bateas a causa de las mareas rojas -provocadas de forma natural por las toxinas de las algas-, que se triplicaría en algunas zonas y "traería nefastas consecuencias" para el sector, según defendió Quintana.

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En Europa se revisa también la política común de pesca y Galicia quiere fijar su posición antes de que el 20 de diciembre se concluyan las discusiones con el sector. La titular de Mar, que tiene pendiente para antes de final de año el plan de acuicultura, pidió que la UE potencie este sector en base a criterios "claros y firmes" también en lo referente a la compatibilidad con las zonas naturales protegidas. Galicia quiere disponer de herramientas "para que la afectación ambiental sea asumible y corregida en origen". Quintana defendió que se eliminen los actuales topes de capturas máximos -una política que la conselleira calificó de "fracaso"- y se sustituyan por una regulación de la capacidad extractiva según el número de barcos que trabajen a la vez en la misma zona.

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