Barcelona deja atrás cinco años de ahorro y vuelve a endeudarse

Después de cinco años de ahorros y de amortizar parte de lo que se debía a los bancos, en 2010 el Ayuntamiento de Barcelona no tendrá otro remedio que ir a la ventanilla y pedir crédito para hacer frente a un año que, como 2009, no se presenta nada fácil. Algo más de 100 millones de euros es la cantidad que apuntan los responsables de las cuentas municipales, que están en pleno proceso de cocina de los presupuestos para el año que viene. En 2004, la deuda del Consistorio barcelonés con los bancos ascendía a 1.206 millones de euros y arrastraba parte del endeudamiento que provocaron las obras del Fórum. Desde entonces ha ido bajando paulatinamente hasta 770 millones de euros de 2008, cifra con la que también se prevé cerrar este año puesto que no se ha amortizado nada.

La deuda llegó a 1.206 millones en 2004 tras las obras del Fórum

El bipartito y Portabella inician la negociación del presupuesto

El Consistorio da por sentado que en 2010 se notará una considerable disminución en los ingresos por transferencias de la Administración central, cuyo grueso depende de la recaudación de impuestos, sobre todo IRPF e IVA. Esas transferencias suelen representar prácticamente la mitad de los ingresos que tiene el Ayuntamiento. La otra mitad procede de las tasas e impuestos municipales (IBI, IAE y circulación), que, como la parte estatal, también se resienten de la menor actividad económica, especialmente del sector del ladrillo. Para 2010 se prevé una recaudación de tasas e impuestos municipales parecida a la de 2009, en torno a 908 millones, ya que se decidió congelar ambos conceptos.

Fuentes municipales señalaron que el endeudamiento previsto para hacer frente al gasto y las inversiones en 2010 no es preocupante porque las cuentas estaban saneadas después de cinco años de amortizar. Por eso se muestran optimistas en cuanto a la capacidad de afrontar un segundo año marcado por la crisis económica. Las mismas fuentes apuntan que confían en acabar el mandato con una deuda que no supere demasiado los 900 millones de euros. En términos de deuda per cápita, Barcelona sigue siendo una de las ciudades españolas con menos carga. De acuerdo con datos del Banco de España correspondientes al año 2008, la deuda es de 477 euros per cápita, frente a los 2.080 euros de Madrid.

Las negociaciones del bipartito con Esquerra Republicana, partido en la oposición con el que ya ha pactado los presupuestos de los dos primeros años del mandato, acaban de empezar. El bipartito que lidera Jordi Hereu se muestra confiado en llegar a un acuerdo. Esquerra Republicana, que el año pasado ya insistió en recurrir al endeudamiento para garantizar los servicios y la inversión, no quiere, de momento, dar pistas. En cualquier caso, el presupuesto debería aprobarse provisionalmente en la sesión de la comisión del próximo 12 de noviembre para que pueda entrar en el último plenario del año.

La cuestión de los presupuestos del año 2010 no se tocó ayer en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona, que dio vía libre a dos préstamos importantes. Uno de 47 millones de euros para construir 488 pisos públicos y otro de 30 millones para aparcamientos también municipales. Fue una sesión en la que la sombra de los escándalos del caso Pretoria y el caso Millet acabó tomando forma en una declaración conjunta de reivindicación de la política honrada y en defensa del municipalismo.

También se aprobó una proposición de ERC a favor de cambiar el diseño radial de la red autobuses de TMB por una malla octogonal, con el objetivo de que sea más lógico y de acortar el tiempo de espera, la principal queja de los usuarios.

El debate entre los partidos se caldeó con una proposición del Partido Popular que pedía más mossos para garantizar la seguridad en Barcelona. CiU se alineó con la tesis del PP y estas formaciones y el PSC se enzarzaron en una discusión a propósito de las decisiones de esos partidos cuando gobernaban, CiU en la Generalitat y el PP en el Gobierno central. Hereu llegó a decir a la oposición: "La derecha no está legitimada para dar lecciones", algo que sentó fatal a Xavier Trias, presidente de CiU: "Me puede decir que no está de acuerdo con nuestras tesis, pero no me puede faltar al respeto diciendo que no estamos legitimados".