Las peleas y la violencia de género copan los homicidios en Cataluña
Los crímenes cometidos desde enero ya alcanzan a los registrados en todo 2008
Las peleas y la violencia de género son las dos clases de homicidios más frecuentes en Cataluña. En lo que va de año, se han registrado 57 muertes violentas tras el suceso que el martes por la noche conmocionó a Tortosa (Baix Ebre): un menor mató a puñaladas a su madre y a la pareja de ésta. Los tres eran de nacionalidad china. La cifra podría aumentar si se confirma que una mujer boliviana hallada sin vida en un descampado de Figueres (Alt Empordà) también fue asesinada. La cifra de homicidios a estas alturas del año ya se acerca a los 59 registrados en todo 2008 y supera los 55 de 2007.
El caso es que 15 de los fallecidos desde enero se vieron envueltos en una reyerta, ya fuera entre dos personas -conocidas o no- o en grupo, durante una fiesta nocturna. En lo que va de año se han contabilizado, además, 11 mujeres muertas a manos de sus parejas y ex parejas. Si a ellas se suman otro tipo de crímenes pasionales, la cifra asciende hasta 15 muertes.
El patrón se repite en los últimos años y la ratio de crímenes se mantiene estable (alrededor de 1 por cada 100.000 habitantes). Aunque muchos casos permanecen abiertos, ya se han resuelto (al menos, parcialmente) alrededor del 75% de los cometidos.
La mayoría de los crímenes no son premeditados, sino que se producen durante un arrebato ocasional. En ese capítulo, las víctimas preferentes son hombres. Por cualquier motivo y, a menudo, en zonas de ocio nocturno, una discusión desemboca en tragedia.Casos como el de Martínez Touriño, motivados por enfrentamientos personales -el instigador del asesinato del ejecutivo era un empleado que tenía negocios paralelos y temía ser descubierto- son raros. Tampoco es frecuente morir mientras se es víctima de un crimen. Ése parece ser el caso del empresario leridano Santiago Mir, asesinado en su casa por unos asaltantes, aunque todavía no está claro lo que ocurrió.
La violencia entre delincuentes sí aumenta. En lo que va de año, se han registrado cinco homicidios relacionados con ajustes de cuentas entre bandas. El último que se ha aclarado es el de un joven calcinado, el pasado 2 de mayo, en Castellfolit del Boix (Bages). Murió por un asunto de drogas.
Los homicidios en el ámbito familiar también siguen siendo de los más frecuentes. Tal es el caso del crimen de Tortosa. La trifulca ocurrió la noche del martes e involucró a cinco personas. Un joven de 16 años acabó empuñando un cuchillo con el que, presuntamente, mató a su madre y a la pareja de ésta, de 42 y 43 años, respectivamente. Los Mossos investigan el papel de las dos personas que presenciaron la discusión y si los malos tratos físicos o psicológicos fueron el origen del crimen, informa Ferran Balsells. La familia, de nacionalidad china, vivía desde hacía años en el inmueble, aunque el presunto homicida había llegado de China hacía 14 meses. Desde entonces, las disputas familiares fueron en aumento.
Pese al elevado porcentaje de resolución, hay casos que se resisten. Por ejemplo, la muerte de dos jóvenes -una, en Sants; la otra, en Hospitalet- a manos, supuestamente, de bandas latinas. Son los casos más complejos y, también, los que tardan más en resolverse. Algo similar pasa con los cadáveres que se abandonan en la vía pública.
Los Mossos investigan, en ese sentido, la muerte de una mujer de unos 50 años, que fue hallada ayer por la mañana por una persona que paseaba por un descampado de Figueres. El cadáver que fue hallado no presentaba signos externos de violencia, pero los Mossos no descartan ninguna hipótesis y siguieron el protocolo habitual para crímenes, informa Marc Rovira. El cuerpo estaba vestido y tendido boca arriba. A su lado fue hallado un ciclomotor que la mujer usó para llegar al descampado. Se desconoce si había quedado con alguien.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.