La ventanilla nunca cerrará en Perú
La Administración deberá atender al ciudadano los siete días de la semana
El presidente peruano, Alan García, coincide con varios de sus homólogos suramericanos en que los cinco años del periodo presidencial son poco tiempo. Pero en lugar de buscar una reelección, algo que la Constitución impide, ha decidido obligar a la burocracia a trabajar más. Mediante un decreto de urgencia, acaba de disponer que las instituciones públicas trabajen todos los días, incluidos sábados, domingos y festivos. A partir de ahora, sólo Año Nuevo, Navidad, las fiestas patrias (28 y 29 de julio) y el Día del Trabajo (1 de mayo) serán considerados festivos para la Administración estatal.
La medida fue anunciada el sábado pasado por el mandatario y generó cierta confusión, porque no quedaba claro si se iba a obligar a los funcionarios a trabajar en sus días libres o si el anuncio se refería únicamente a declarar todos los días como días útiles a efectos de los plazos de resolución de solicitudes administrativas. Finalmente, son ambas cosas. La norma publicada en el diario oficial señala que las entidades públicas deberán establecer turnos entre su personal para cubrir la atención a los ciudadanos durante los siete días de la semana, y afecta tanto al Gobierno central como a los regionales y municipales.
Sábados, domingos y festivos contarán como "hábiles" para los trámites
La medida, que pretende agilizar la burocracia, genera escepticismo
El decreto no señala si habrá algún tipo de compensación económica, pero el presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, dijo que no se prevé incrementar las horas de trabajo ni pagar horas extras.
Con esta medida, el presidente García espera acelerar una burocracia considerada como lenta e ineficiente, pues rara vez cumple con los plazos establecidos para resolver trámites. "Desde ahora, todos los días son hábiles; es decir, si usted tiene 15 días hábiles de plazo para que le responda la autoridad, se contarán también los sábados y domingos", explicó García el sábado.
No todos comparten su optimismo ni creen que sea el camino más adecuado. "La ministra de Trabajo ha señalado que no habrá aumentos de sueldos y por ley no se puede trabajar más horas de las establecidas. ¿Cómo se van a compensar esas horas trabajadas en fines de semana? ¿Se reducirá el horario de atención durante los demás días?", se pregunta un funcionario.
"La intención es buena, pero hay mecanismos mucho más apropiados para agilizar la Administración pública", comenta Saúl Barrera, abogado con amplia experiencia en instituciones estatales. "Una vía sencilla es la presentación de documentos por Internet, así las oficinas estarían abiertas todos los días, a toda hora. Por otro lado, la lentitud de la Administración no se debe a que le falten días laborables, sino a que internamente las organizaciones no están estructuradas a partir de una gestión de procesos. Se necesita una reforma administrativa", concluye.
Mientras tanto, este fin de semana, cientos, si no miles, de dependencias públicas deberán abrir sus puertas sobre la marcha y, seguramente, a regañadientes.
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