Moratinos rechaza que su visita a Cuba sea polémica

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se mostró ayer convencido, al inicio de su visita de 48 horas a Cuba, de que ésta se enmarca en la "normalidad" de las relaciones bilaterales y no resulta ya "controvertida", como lo fue la anterior de abril de 2007, cuando rompió el aislamiento internacional del régimen castrista. Moratinos recordó que desde entonces una veintena de mandatarios latinoamericanos y europeos han visitado la isla siguiendo el camino abierto por España. Está descartado un encuentro del ministro o el director general para América Latina, Juan Carlos Sánchez, con la disidencia.

Moratinos comenzó su visita con un paseo por el casco viejo de la capital y una audiencia con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, cabeza visible del único poder con influencia y arraigo social que no controlan las autoridades. Por la tarde, ofreció una recepción a representantes del arte y la cultura.

Aunque la jornada de ayer era, en teoría, de visita privada, el canciller español almorzó con su homólogo, Bruno Rodríguez, con quien ya se entrevistó en mayo en Praga, y en Nueva York en septiembre. Moratinos intenta forjar con Rodríguez una relación tan estrecha como la que tuvo con su antecesor, Felipe Pérez Roque, hasta su caída en desgracia junto al vicepresidente Carlos Lage en marzo pasado.

Moratinos tiene previsto inaugurar hoy la nueva sede de la Oficina Técnica de Cooperación, que gestiona los 34 millones que España dedica este año a Cuba, el doble que en 2007. Esta cifra incluye 24,5 millones para los daños de los huracanes Ike y Gustav. Aunque no está confirmado oficialmente, se espera que le reciba el presidente Raúl Castro.