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Ultras y antifascistas congregan a 500 personas

Un año más, Barcelona vivió ayer, con motivo del 12 de octubre, dos manifestaciones de signo opuesto: la que convocan los partidos ultras, en Montjuïc, y la de las entidades antifascistas e independentistas, que recorrieron el centro de la ciudad. Ambas transcurrieron sin incidentes.

La concentración organizada por formaciones de extrema derecha, entre ellas Democracia Nacional, congregó a unas 200 personas, algunas de las cuales exhibían banderas españolas preconstitucionales y símbolos fascistas. El vicepresidente de Democracia Nacional, Álvaro Peñas, criticó a las autoridades por no haber impedido el referéndum soberanista de Arenys de Mar, que calificó de "ilegal".

La marcha antifascista congregó a un número similar de manifestantes bajo el lema Pueblos unidos contra el imperialismo y el fascismo, la hispanidad es un genocidio y banderas republicanas, comunistas y esteladas. Al término de la protesta, en la confluencia entre la avenida Diagonal y el paseo de Gràcia, se leyó un manifiesto en el que se criticó la "pasividad policial" por la concentración convocada en Montjuïc.

Por la tarde hubo otra protesta en la que unas 150 personas, convocadas por Revolta Global, pidieron la autodeterminación de los pueblos y criticaron el neoliberalismo.

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