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Entrevista:Debate sobre la crisis y el blindaje del Concierto

"Es necesaria una actuación conjunta de las instituciones"

La subida de impuestos debe graduarse para que no afecte negativamente a la recuparación de la economía

Los contendientes son viejos conocidos y las discrepancias, expresadas con vehemencia, no rompen una relación de afecto y respeto.

Alfonso Basagoiti. Cuando se da una crisis lo que es fundamental es tener un buen diagnóstico. Qué es lo que pasa, dónde estamos y adónde vamos. Eso es lo primero, y aquí, con la que se nos ha venido encima, se está tardando demasiado en el diagnóstico. Es cierto que el nuevo Gobierno lleva poco tiempo, y realmente no ha tomado medidas económicas importantes para frenar la crisis. Ahora, en el momento presupuestario le tocará. No tengo la formula, pero sí tengo una cosa clara, y es que cuando se da una crisis lo primero que hay que hacer es apretarse el cinturón. Pero no soy partidario de reducir el gasto, como se está hablando, soy partidario de racionalizarlo. Sé que se puede adelgazar un presupuesto tomando ciertas medidas, incluso emblemáticas, que en primer lugar lleven a la concienciación por parte de los servidores públicos de que estamos en crisis y deben ser los primeros en dar ejemplo.

"Cuando se produce una crisis como la que atravesamos es fundamental tener un buen diagnóstico"
"Se dice que las crisis las sufren siempre los mismos, pero se sabe quiénes no las sufren nunca: los funcionarios"
"La estructura del país está montada sobre la cultura del pacto institucional. Aquí el ordeno y mando no funciona"
"Después de 30 años de gestión autonómica hay que mepezar a aplicar instrumentos de coordinación del gasto"
"Hay que seguir manteniendo las políticas del gasto, aunque se incremente la deuda pública"
"No tiene sentido que el límite de déficit del 2,5% impuesto a las comunidades autónomas se aplique a Euskadi"
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Desencuentro sobre el blindaje

Jon Larrinaga. En esta crisis hay dos aspectos importantes. Uno, que es el que ha afectado al sistema financiero, a la banca, y otro que ahora afecta a la economía real y muy directamente a los trabajadores y a la industria en el País Vasco, cuya producción ha caído en el último año un 25%, lo cual es una barbaridad. Caída de la producción y caída de la demanda. Entonces, frente a esta situación, las primeras medidas que hay que tomar son de impulso de la demanda, porque si no se nos va el buque. Y en esto creo que ha habido un cierto acuerdo general entre los gobiernos, porque las primeras medidas tomadas se dirigen a la aceleración del gasto, soltando dinero público para la banca, las empresas y los desempleados. Medidas que se han tomado tanto por parte del Gobierno central como por parte del Gobierno vasco como soluciones de acompañamiento. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es definir las medidas de impacto directo, desde el sector público. La mayoría de los gobiernos han aconsejado políticas de gasto en este momento, aunque se incremente la deuda pública. El Gobierno vasco tendrá que definir a través de los presupuestos esas medidas más concretas.

P. Concretando, ¿qué más medidas tomarían ustedes?

A. B. En lo que respeta al gasto corriente, propondría recortes drásticos. Sé que a lo mejor no es mucho dinero, pero sí da una sensación de la realidad del país. Vamos a ver: siempre se dice que las crisis las sufren los mismos, pero lo que sí sabemos es quiénes nunca las sufren, que son los funcionarios. El que sufre la crisis es el que se queda en paro. Sin embargo, los que tienen el puesto garantizado, que son además los que mejor salen de las negociaciones colectivas, son los funcionarios. Eso me parece grave. Por eso quiero decir que la administración pública, cuando está hablando de sus cuentas, tiene que racionalizar el gasto; todo el presupuesto público donde están los funcionarios y los responsables políticos. Esos son los que tienen que apretarse el cinturón.

J. L. Es cierto que el funcionario público tiene la garantía del empleo, pero no es menos cierto que la carrera funcionarial es una carrera muy corta. Es decir, que la actividad profesional en el sector privado tiene otras posibilidades y otros recorridos. Vaya el uno por el otro. Ahora bien, sí creo que hay que plantear políticas de moderación salarial, pero parece ser que, por compromisos anteriores, el Gobierno vasco no va a poder hacer tanto. Seguir con este IPC ya sería mantener el incremento salarial, porque hoy por hoy no va haber un aumento del gasto, y sólo se dará por la política social y por la política de inversión. No obstante, lo que plantea el actual consejero de Hacienda es cómo recortar el gasto.

P. ¿Pero que más recortes pueden darse?

A. B. No recortaría lo que es inversión pública, puesto que me parece fundamental para generar más inversión. El Gobierno vasco está en situación idónea con respecto al endeudamiento. Si se está durante años con déficit cero es para cuando llegan estos años de crisis y tener entonces recursos.

P. ¿Quiere decir que los gobiernos anteriores habían dejado un colchón saneado?

A. B. Han dejado unas cuentas públicas sanísimas. Pero ahí se da un problema, y es que al que hace bien los deberes luego no solamente no se le agradece, sino que se le censura. Porque ahora, seguramente llegará Madrid con la rebaja y dirá que no nos podemos endeudar más de no sé cuanto, sin tener en cuenta que no es lo mismo el que se ha endeudado mucho que el que no lo ha hecho hasta ahora. En el tema impositivo estoy de acuerdo que hay que subir los impuestos, pero no de saque. Tampoco soy partidario de gravar las rentas de capital, porque esto genera cierta huida de la inversión y ciertas turbulencias que no son necesarias. A lo mejor, el año que viene sí, pero no de saque.

J. L. Volviendo al tema del gasto, lo que sí creo es que, después de más de treinta años de gestión autonómica y económica en un marco institucional como el nuestro, habría que hacer en Euskadi una reflexión: si no tenemos que empezar a poner a punto herramientas de coordinación del gasto. Concretamente, me estoy refiriendo tanto a la inversión como a la planificación regional de la inversión. Unas herramientas en las cuales hubiera compromisos del Gobierno y las diputaciones, fundamentalmente. Ahí sí que me parece que habría que recuperar la cultura del planeamiento, que aquí existió en su día promovida por la Comisión Europea, por las políticas regionales que había que presentar a Bruselas.

P. ¿Ven la necesidad de un gran pacto económico a nivel de instituciones y agentes sociales?

A. B. Absolutamente. ¿Cómo no voy a estar de acuerdo en un pacto entre sindicatos, patronal e instituciones? Luego, también se necesita un pacto interinstitucional entre el Gobierno, las diputaciones, los ayuntamientos, etc. En Euskadi los pactos han funcionado siempre. La propia estructura del país es un pacto interinstitucional, porque el Parlamento vasco se compone de 25 escaños por territorio, y es absolutamente injusto, y porque las Diputaciones forales tienen un peso muy grande en lo que a la estructura del gasto y de decisiones se refiere. Insisto, aquí la estructura del país está montada sobre la cultura del pacto. Aquí el ordena y mando no es válido.

J. L. En momentos de crisis no es tiempo para plantearse un cambio de modelo; salvo que ese modelo entorpeciera absolutamente las políticas anticrisis, y no es el caso. Pero sí creo que ahora, más que nunca, hace falta un instrumento que racionalice nuestra capacidad de gasto. Los ciudadanos tienen que ver a las instituciones, tanto al Gobierno como a las diputaciones discutiendo con cierta racionalidad de cómo se van a gastar el dinero. La pasta buena, la pasta de inversión, la pasta de transformación a favor del I+D+I... Volviendo al tema de los impuestos, lo del IVA es así, y no hay nada que discutir, y punto. En cuanto a las rentas de capital en el IRPF, creo que subir dos puntos sobre el ahorro es más un gesto, porque tampoco va a generar grandes ingresos. Es política gestual.

A. B. Sí, hay que racionalizar esos temas internos. Y para poder hacerlo en el tema fiscal, que es importante, ya existe el Órgano de Coordinación Tributaria, que funciona bien. Pero es verdad que hay que liderarlo. El modelo exige un liderazgo claro por parte del Gobierno en este tema y en los foros que se han creado.

J. L. En el Consejo de Política Fiscal y Financiera el Gobierno vasco debería plantear que Euskadi tiene una deuda baja (1,3% del PIB), y que hay otras comunidades que la tienen más alta. Por tanto, no tiene ningún sentido que el límite del 2,5% que se ha impuesto en general como déficit en todas las comunidades autónomas se aplique a Euskadi. Hay que pelear ese margen, porque en estos momentos, si tuviéramos más recursos y tuviéramos un plan discutido y legitimado por las instituciones forales, seguramente estaríamos haciendo un gran trabajo. No solamente para empezar a salir de la crisis, sino para comenzar a lograr en Euskadi una economía pública de otra manera.

Pregunta. ¿Y cual debe ser el papel de los partidos políticos?

A. B. Es fundamental que los tres partidos mayoritarios lleguen a un acuerdo en el tema presupuestario, tanto en el ámbito de Euskadi como en las diputaciones forales, y todo ello lo vean en el órgano de coordinación tributaria o donde quieran. Es absolutamente necesario que los partidos que tienen vocación de gobernar sean capaces de llegar a este tipo de acuerdos para que la población se sienta más arropada, porque en la crisis el tema de la confianza y la desconfianza funciona mucho. No es lo mismo ver a unas instituciones que estén remando para salir de la crisis, a ver a unos partidos inmersos en un debate político crispado.

J. L. Para rematar esa idea, creo que sería bueno que los tres partidos se comprometieran a elaborar un plan económico (Gobierno-diputaciones) para los próximos cuatro años. Y también sería bueno que las tres formaciones políticas se comprometieran a dinamizar los órganos de diálogo que existen en estos momentos en el País Vasco. Hay que movilizar al Parlamento, incluso a la sociedad, a favor de ese objetivo.

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