20.000 años después

Huesos colocados en grietas de la pared y trazos misteriosos que tal vez eran parte de un ritual para conectarse con el mas allá forman parte de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años en Euskadi, si se confirma lo relatado ayer en su presentación. La cueva Astigarraga de Deba albergaría las pinturas rupestres más antiguas descubiertas hasta ahora en Guipúzcoa. Tendrían entre 20.000 y 22.000 años de antigüedad, según explicó el experto Marcos García Díaz, acompañado por la diputada foral de Cultura, María Jesús Aramburu.

El descubrimiento es el "más importante" desde los de las cuevas de Ekain y Altxerri -declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, aunque su riqueza visual no sea comparable. García Díaz quiso destacar que el descubrimiento pone de manifiesto el "potencial" de la zona, cercana a la cueva de Ekain, y aventuró que probablemente haya más hallazgos en el futuro. "El País Vasco era anormal en materia de arte rupestre porque, aunque había grandes conjuntos, faltaban lugares más modestos", como la cueva de Astigarraga, para cuadrar el círculo, según García Díaz.

"El País Vasco era anormal en arte rupestre. Faltaban conjuntos modestos"

Guipúzcoa ya ha solicitado al Gobierno vasco que proteja el yacimiento

La cueva fue explorada por primera vez en 1967, según recordó uno de sus descubridores, Miguel Sasieta. En 1979, el grupo Anxieta realizó una recogida superficial de restos en la que se encontraron diversos materiales antropológicos, cerámicas y láminas de sílex, entre otros. En 2005, bajo la dirección del profesor de la UPV José Antonio Mujika, comenzaron los trabajos para realizar un amplio sondeo de la cueva, que dio con las pinturas el pasado mes de agosto.

"No hay argumentos para dudar de su autenticidad", recalcó García Díaz como antídoto frente a los escépticos. Los 16 trazos de tono rojo pareados presentan similitudes con otros conjuntos de la zona. Las pinturas se han desgastado con el paso del tiempo y una de las figuras está recubierta de una placa de calcita que sólo el paso de cientos de años puede crear. "Probablemente, debajo de ella hay un caballo", aventura el experto.

El acceso a la cueva ya ha sido cerrado con una verja para proteger los descubrimientos. Aranburu señaló que la investigación acaba de empezar, que habrá nuevas dataciones y que las excavaciones seguirán en los próximos meses.

La Diputación de Guipúzcoa, que subvencionó un total de 20 excavaciones arqueológicas en 2009, ya ha solicitado al Gobierno vasco que incoe el expediente para proteger el yacimiento. Sin embargo, respecto a la protección de las pinturas rupestres de la cueva de Praileaitz, también situada en Deba, en el ámbito de explotación de una cantera del grupo Amenábar, Aranburu no cree necesario ampliar la protección hasta 500 metros, tal y como recomiendan los expertos.