Cataluña afronta la última batalla para que la aeronáutica levante el vuelo
El sector repite candidatura para acoger el centro europeo de aviones no tripulados
Cataluña no da por perdida la batalla para acoger el centro de excelencia de aviones no tripulados impulsado por el consorcio europeo aeroespacial EADS, por el que en España pujan también las comunidades de Madrid y Andalucía. Convencidas de que un centro de este tipo actuaría como revulsivo para el sector de la aeronáutica en Cataluña, las empresas agrupadas en la asociación Barcelona Aeronáutica y del Espacio (BAIE) están ultimando una "reedición actualizada" de la candidatura que la Generalitat ya presentó hace un par de años, para la que de momento sólo se ha obtenido el silencio como respuesta.
"El proyecto, para el que la decisión será política, ha estado congelado durante estos años", lamenta Gloria García-Cuadrado, directora de BAIE. La reedición de la candidatura se presentará a finales de este año y contendrá nuevos argumentos que, según García-Cuadrado, pueden contribuir a inclinar la decisión a favor de Barcelona: por una parte, se incorpora la oferta de Applus como organismo certificador de las aeronaves no tripuladas que se construirían en Cataluña. También se ofrecen las instalaciones del nuevo Parque Aeroespacial de Viladecans para albergar parte de este codiciado centro de excelencia
Éste podría ser el proyecto "tractor" para que la aeronáutica catalana levante el vuelo, dijo ayer el secretario de Industria, Antoni Soy, en la presentación de los resultados de BAIE, así como la posibilidad de ensamblar aviones privados. Las naves no tripuladas se utilizan para funciones civiles como las de control y vigilancia del medio rural, la seguridad en las ciudades, el seguimiento de fugas químicas o manchas contaminantes en el mar, entre un largo etcétera. Según los expertos, éste será en los próximos años uno de los mercados relacionados con la aeronáutica más dinámicos.
Cataluña, que ya perdió la carrera por albergar la fábrica de helicópteros de EADS (finalmente fue a parar a Castilla-La Mancha), no quiere que el tren pase de nuevo de largo. El sector de la aeronáutica en la comunidad necesita este futuro centro de excelencia, entre otros muchos revulsivos, para volver a recuperar un liderazgo que se pulverizó con la llegada del franquismo. Hoy, este sector es un pájaro con plomo en las alas, según la radiografía que hacen los expertos. Los retos y las oportunidades que alberga no se aprovechan y el sector no acaba de alzar el vuelo.
La producción de material aeroespacial, sin tener en cuenta los trabajos aeroportuarios, sólo facturó 109 millones de euros en 2008 y generó 855 puestos de trabajo directos, lo que supone una cuota del 1,6% del conjunto del sector en España, por detrás de Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha.
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