Sevilla espera que el Congreso haga más justa la subida fiscal
A Jordi Sevilla, ex ministro de Administraciones Públicas con Zapatero, no le gusta la subida de impuestos que prevé el proyecto de Presupuestos de 2010. No por el aumento: él aplicaría la subida del IVA desde comienzos de año, en lugar del 1 de julio previsto, o hubiera mantenido la rebaja de 400 euros en el IRPF para las rentas más bajas; sino porque le gustaría que fuera más equitativa. Así que deposita sus esperanzas en el trámite en el Congreso de los Diputados. "Creo que las leyes salen del Parlamento mejor que entran", declaró ayer el hasta septiembre diputado del PSOE en un desayuno organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).
"El sistema fiscal es cada vez más inequitativo y descansa sobre los que no pueden evitarlo [los que perciben sus ingresos a través de nómi-nas]. Y eso pone en riesgo su legitimidad", opina Sevilla. Por eso, para él es necesaria una reforma que ponga énfasis en la persecución del fraude y equiparar las aportaciones de las rentas del trabajo y del capital.
De haber elaborado los Presupuestos, el ex ministro socialista no hubiera puesto tanta atención en frenar el déficit, previsto en el 5,4% del PIB. Crítico con el proyecto en trámite, hubiera priorizado la lucha contra la crisis. "No quitemos los estímulos fiscales antes de tiempo", afirmó alineándose con el FMI; "esperemos a que la recuperación sea una realidad".
Pérdida de posiciones
"Corremos el riesgo de entrar en la crisis como la octava economía del mundo y salir de ella más atrás", lamentó. En apoyo de esta tesis, están las previsiones del FMI. Según el organismo, España en 2007 era la octava potencia económica y en 2012, ocupará el puesto décimosegundo (el 14º si se mide en paridad de poder de compra).
Para evitarlo, el ahora asesor de PricewaterhouseCoopers reclama reformas estructurales, entre ellas la laboral. "Tenemos una economía que genera pocos puestos de trabajo, pero sobre todo un mercado laboral que crea empleo de poca calidad", analizó. Para solucionarlo, propone cambios, con acuerdo social, que fortalezcan la relación entre la causalidad y la contratación temporal, reformas en la negociación colectiva o una rebaja de cotizaciones en la contratación indefinida. "No creo que lo más importante sea el coste del despido", apostilló.
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