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El desafío iraní

Irán acepta las inspecciones de la ONU

Las seis potencias y los representantes de Teherán volverán a reunirse antes de fin de mes - Los investigadores del OIEA visitarán la planta nuclear de Qom

Ángeles Espinosa

La cita de ayer en Ginebra entre el negociador nuclear iraní, Said Yalilí, y el alto representante europeo Javier Solana, logró desatascar la vía diplomática con Irán. Aunque todavía no se puede cantar victoria, ambos volverán a reunirse antes de que concluya este mes para abordar de lleno las inquietudes que suscita el programa atómico iraní. De momento, como gestos de buena voluntad, los iraníes han fijado para antes de dos semanas la inspección internacional a la planta que están construyendo en Qom y las seis grandes potencias han aceptado ayudar a Teherán a enriquecer hasta el 20% el uranio que necesita para su reactor de investigación.

"Irán nos ha dicho que va a cooperar plenamente en la instalación de Qom, que para ello va a invitar al OIEA en el curso de las dos próximas semanas, y así se lo he hecho saber a su director, Mohamed el Baradei", anunció Solana, acompañado por los directores políticos de las seis grandes potencias (EE UU, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania). La revelación hace una semana de que Irán estaba construyendo una segunda planta de enriquecimiento de uranio en Qom intensificó las sospechas de que Irán no estaba siendo transparente en sus relaciones con el Organismo Internacional de la Energía Atómica y dio pábulo a quienes están convencidos de que su programa nuclear tiene objetivos militares. El propio El Baradei viajará "pronto" a Irán invitado por las autoridades iraníes, según informó anoche su portavoz.

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Yalilí confirmó más tarde la buena disposición en ese sentido y el acuerdo para volver a reunirse antes de que termine octubre. Sin embargo, su relato de la jornada no pudo ser más diferente del que hizo Solana. Donde el europeo habló de haber puesto sobre la mesa "la doble suspensión" (Irán suspende el enriquecimiento, la comunidad internacional suspende las sanciones) y la necesidad de transparencia de Irán, el iraní aseguró que se había abordado "el paquete de propuestas de la República Islámica relativo a cuestiones internacionales, la crisis financiera y la seguridad regional".

"Sí, el señor Solana mencionó esos otros asuntos que usted dice", admitió Yalilí a la pregunta de un periodista. "Yo he explicado que nos sentimos vinculados por nuestro compromiso con el Tratado de No Proliferación y sus salvaguardas, y también he defendido nuestros derechos", precisó.

Tal vez sea lo más lejos que se puede llegar partiendo de un punto de desconfianza como el que existe entre Irán y la comunidad internacional. A nadie se le escapa que, si todo va bien, el de ayer será apenas el primer paso de unas negociaciones cuyo calendario aún está por establecer. Y muchos se muestran escépticos. "Sólo intentan ganar tiempo", repetía una periodista iraní muy crítica con su Gobierno. Y de hecho los medios iraníes destacaban en sus informaciones sobre Ginebra que Irán insiste en sus derechos nucleares. Sin embargo, hubo algunos gestos que ayudaron a mantener la confianza en la vía diplomática.

Por un lado, aprovechando la pausa de la comida, Yalilí habló en privado durante 40 minutos con William Burns, el número tres del Departamento de Estado norteamericano. Además de discutir sobre el programa nuclear ambas partes expusieron sus opiniones sobre otros asuntos, entre ellos los derechos humanos. Se trata de la primera reunión bilateral a ese nivel desde la ruptura de relaciones entre Washington y Teherán hace tres décadas. Solana destacó especialmente el significado de la presencia de Burns y se mostró convencido de que a la delegación iraní no le había pasado desapercibido. En las últimas conversaciones, en julio de 2008, Burns estuvo presente, pero no participó activamente.

Pero es quizá un asunto más técnico y menos visible el que puede marcar la pauta para que los gestos de ayer lleguen más lejos. El acuerdo para facilitar el uranio enriquecido al 20% que los iraníes necesitan para su reactor de investigación de Teherán, que produce isótopos con fines médicos. Yalilí puso ese asunto sobre el tapete y ambas partes acordaron que los iraníes puedan enviar su uranio (que sólo están autorizados a enriquecer al 5%) para que se complete el enriquecimiento en un tercer país (se han ofrecido Francia, Rusia y el propio Estados Unidos). A continuación lo utilizará para sus fines y devolverá los residuos. Un comité técnico del OIEA se reunirá el próximo día 18 para establecer las condiciones.

Washington ha cedido permitiendo que Irán acceda a uranio al 20% y Teherán aceptando que se complete el enriquecimiento fuera. Lo que es más importante, si la cooperación funciona en este caso, "podría sentar las bases para encontrar una salida al problema del enriquecimiento", según expresó una fuente cercana a las conversaciones.

Resoluciones y sanciones del Consejo de Seguridad

Después de tres años de negociaciones infructuosas entre Reino Unido, Francia y Alemania con Irán, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) envía la cuestión iraní al Consejo de Seguridad de la ONU para que decida sobre la adopción de sanciones. EE UU, Rusia y China se suman al proceso en junio de 2006.

- Julio de 2006. La primera resolución ordena a Irán la paralización de su programa de enriquecimiento de uranio y otras actividades sensibles sin adoptar medidas de castigo.

- Diciembre de 2006. Una nueva resolución impone restricciones de viaje y congelación de activos a individuos y empresas iraníes ligados a los programas y de misiles, como sanción por negarse a suspender el enriquecimiento de uranio. Además, prohíbe la exportación de bienes que pudieran ser usados en ambos programas.

- Marzo de 2007. Una segunda ronda de sanciones es aprobada en una nueva resolución que amplía la lista negra de individuos y empresas iraníes, y prohíbe el comercio de algunas armas con Irán.

- Marzo de 2008. La tercera ronda de sanciones endurece las medidas adoptadas y solicita la inspección de cargas aéreas y marítimas transportadas por compañías iraníes que pudieran ser sospechosas de transportar bienes prohibidos.

- Septiembre de 2008. El Consejo adopta una nueva resolución por la que reitera su compromiso de resolver el punto muerto en las conversaciones con Irán a través de la diplomacia. No añade nuevas medidas de castigo pero sí reafirma las tres resoluciones sancionatorias ya adoptadas.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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