Italia y España vuelven a chocar en Afganistán

La ministra de Defensa, Carme Chacón, realizó ayer su quinta visita a Afganistán desde que tomó posesión del cargo hace año y medio. No es para menos. El actual despliegue en ese país es el más voluminoso que ha tenido nunca el Ejército español en el exterior, entre el contingente permanente (780 efectivos a los que se sumarán en breve 220) y el temporal (unos 700) y también "el más duro, más arriesgado y más complejo", según Chacón.

La visita se produce en medio de nuevos roces entre los contingentes español e italiano. Italia ha pedido a España que le ceda el mando de la base de Herat, que ostenta el coronel Francisco Molina Miñana, con el argumento de que los militares italianos son más (unos 1.000 frente a 550) y de que España va a concentrar sus unidades de combate en Qal-i-Naw. Tanto Chacón, a quien el ministro de Defensa italiano se lo planteó recientemente, como el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, a quien se lo pidió su homólogo italiano, respondieron lo mismo: España mantendrá en Herat su base logística y, además, cree que tiene derecho a conservar el mando ya que el jefe máximo de la OTAN en la región oeste es siempre un italiano.

Según fuentes de Defensa, Italia se ha contentado con la respuesta. Fuentes militares sospechan, sin embargo, que volverá a ponerla sobre la mesa. Éste es el segundo encontronazo entre España e Italia por Afganistán en dos semanas. El 17 de septiembre, el diario italiano Il Foglio -afín al presidente Silvio Berlusconi- arremetía de forma furibunda contra los militares españoles por no apoyar suficientemente a los italianos en "numerosas batallas", debido, decía el artículo, "a las rigidísimas limitaciones impuestas por el Gobierno de Zapatero, que impiden a los españoles participar en acciones ofensivas". "La escasa combatividad de los españoles ha favorecido la ofensiva talibán", concluía Il Foglio.

La visita de Chacón se produce cuando aún se desconocen los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 20 de agosto y, por tanto, si se tendrá que prorrogar la estancia del batallón de 450 soldados enviado por España durante los comicios.

La ministra aterrizó a las ocho de la mañana en el aeropuerto de Kabul, donde descubrió una placa en recuerdo de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42 en 2003. "Es terrible que ellos velaran por la seguridad de los demás y se escatimase con la suya", comentó Miguel Ángel Sencianes, uno de los tres familiares de los fallecidos que acompañó a Chacón. A continuación, ésta asistió a la toma de posesión del coronel del Ejército del Aire Rubén García Servert, que durante los próximos seis meses controlará el aeropuerto de la capital afgana.