La Seda se desmorona en Cataluña

La histórica fábrica de La Seda de El Prat de Llobregat está paralizada por falta de dinero para operar. Muchos de sus proveedores, con las facturas pedientes. Los trabajadores cobran ahora su jornal del mes de agosto. La gestión de la compañía de los últimos años, a un pie de los tribunales. Y su supervivencia, con una deuda global de 868 millones de euros, a merced de la negociación con los bancos.

La situación de una de las grandes industrias catalanas se desmorona y se ha encendido la mecha de las movilizaciones laborales. La multinacional, especializada en la producción del plástico transparente para envases (PET), está negociando la venta de su fábrica de IQA, en Tarragona, con 122 empleados afectados también por los despidos temporales. Pero, aparte de vender la planta tarraconense, la compañía tendrá que afrontar un excedente de 40 empleados (30 en la fábrica de El Prat y 10 en los servicios generales), según reconocen fuentes cercanas a la compañía.

La firma pide más tiempo para llevar a su ex presidente ante el juez

"Los trabajadores lo pasan mal con todo lo que ha estado pasando. El expediente de regulación de empleo (ERE) temporal no se está aplicando de forma rotatoria como se había pactado, sino que está la fábrica de El Prat totalmente parada desde el jueves", lamenta Joan Itarte, delegado de UGT en La Seda.

Los 233 trabajadores de la empresa iniciaron ayer una serie de huelgas de dos horas que realizarán los martes y jueves de octubre para pedir los cobros pendientes y reclamar la vuelta al trabajo, y los de Tarragona se concentrarán hoy para protestar porque tampoco cobran.

Mientras, los abogados que asesoran a La Seda han pedido tiempo para presentar las acciones legales contra el ex presidente de la compañía, Rafael Español, y contra Aurelio González-Isla, ex director general, según fuentes cercanas a La Seda. Los accionistas impulsaron una acción de responsabilidad por una serie de operaciones más que dudosas que han obligado a la compañía a provisionar 84 millones de euros.

La compañía también reclamará en los tribunales a Selenis (del grupo Matos, accionista de La Seda) el pago de una deuda de 22 millones de euros.

Los conflictos de la compañía se completan con las protestas de un grupo de accionistas minoritarios, la plataforma Unidos por La Seda, otros damnificados de la situación.

Las acciones de la compañía llevan suspendidas en Bolsa desde el pasado 5 de junio.