La subida impositiva dispara las críticas contra Zapatero

"Van a subir hasta las chuches", aseguró ayer en un mitin en Dos Hermanas (Sevilla) el presidente del PP, Mariano Rajoy. En suma, vino a decir, que hasta la ciudadanía no votante, la comprendida entre el año de vida y la mayoría de edad, tiene motivos sobrados para cuestionar a José Luis Rodríguez Zapatero por la decisión de subir impuestos para recaudar casi 10.950 millones de euros más al año y hacer frente así al aumento del gasto que provoca la crisis.

Rajoy condensó en las chuches toda la munición crítica que se dispara desde el PP y que también utilizó ayer el coordinador de Economía de los populares, Cristóbal Montoro. Éste acusó al presidente del Gobierno de ser el culpable de la crisis y de estar arruinando al Estado, al "meter la mano en la caja de todos y tirar la casa por la ventana".

Tan grueso calibre requería, obviamente, un duro blindaje. Lo utilizó el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco. Según dijo el dirigente socialista, los países más progresistas, como lo son los nórdicos, tienen tipos impositivos -en el IVA, entre otros impuestos- más elevados que en España, por lo que la subida aprobada por el Gobierno, con causa justificada, no es para alarmar a nadie. Y aclaró a Rajoy que la recaudación fiscal aprobada por los socialistas "no va ninguna caja B", en referencia clara al caso Gürtel.

En apoyo del Gobierno, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró que el aumento de los tipos impositivos del IVA no tiene por qué afectar al consumo. Frente a la cerrada defensa gubernamental, el coordinador de IU, Cayo Lara, mantuvo el tono crítico al afirmar que con el proyecto de Presupuestos el Gobierno "entrega las llaves de la Moncloa al PP".

Críticas también desce CiU. Su portavoz, Josep Antoni Durán Lleida adelantó que habrá enmienda a la totalidad de su formación a los Presupuestos mientras desde el PNV se abría la puerta a la negociación: "Si hay que negociar, negociaremos, y si hay que llegar a un acuerdo, llegaremos, pero mantendremos nuestra palabra" dijo el presidente del PNV, Íñigo Urkullu.