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Las cuentas del Estado para 2010

Las rentas de capital aportarán una pequeña parte de la recaudación extra

El gravamen pasa del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros y al 21% desde esa cifra - Salgado subraya el impacto que tendrá en las rentas altas

Miguel Jiménez

En términos anuales, la subida de impuestos que prevé el Gobierno elevará en términos anuales en 5.150 millones los ingresos por IVA y en 6.500 millones los del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En este último, la supresión general de la deducción de 400 euros permitirá recaudar 5.700 millones más y el aumento en la tributación de las rentas del ahorro aportará 800 millones.

Pese a que esta última partida es, con diferencia, la menor, fue precisamente el endurecimiento de la tributación del ahorro el que acaparó la mayor parte de la explicación de la vicepresidenta Elena Salgado sobre la subida de impuestos. La razón es muy simple: sólo esta pequeña parte del ajuste fiscal encaja como un guante en el mensaje que el Gobierno pretende colocar: que son las rentas más altas las que más contribuirán al "esfuerzo solidario" que el Ejecutivo pide a los ciudadanos.

El Gobierno retoma la progresividad en la tributación del ahorro
La subida de tres puntos afectará en torno a un millón de contribuyentes

La subida de las rentas del capital encerraba, además, la única sorpresa entre las decisiones tomadas ayer. Se había manejado una subida del 18% al 20% para todos los contribuyentes en el tipo único por el que tributa todo el ahorro (intereses, imposiciones a plazo fijo, seguros de vida, plusvalías...). Pero, finalmente, el Gobierno ha decidido elevar el gravamen de las rentas del ahorro del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros y del 18% al 21% para las rentas del capital que superen esa cifra.

El Gobierno, así, vuelve a introducir una pequeña progresividad en la tributación del ahorro. Supone, en cierto sentido, una marcha atrás frente a la implantación de un tipo único que realizó el propio Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando el vicepresidente económico era Pedro Solbes. Antes de la reforma fiscal del Gobierno socialista que entró en vigor en 2007, las rentas del ahorro generadas en un plazo inferior a un año tributaban al tipo marginal de cada contribuyente, que llegaba al 45% en los casos de las rentas más altas y las dejaban exentas de tributación en las más bajas. Sólo las rentas y plusvalías generadas en más de un año se gravaban al 15%. El Gobierno socialista unificó esa tributación y fijó un solo tipo del 18% independientemente del plazo.

Ahora, se rompe de nuevo el tipo único y las ventajas a él asociadas (simplicidad de gestión, retenciones liberatorias) y se introduce una escala con dos tramos.

Salgado explicó que de los 20 millones de contribuyentes, hay unos 12,5 millones que declaran rentas del ahorro. De ellos, el 94%, algo más de 11,5 millones, obtienen rendimientos del ahorro inferiores a 6.000 euros. Para esa gran mayoría, según la vicepresidenta, el aumento medio de tributación sería de seis euros, aunque obviamente varía mucho de unos contribuyentes a otros. Con esas cifras que expuso Salgado, quedará en torno a un millón de contribuyentes a los que les afectará la subida de tres puntos y que pagarán más de 700 euros anuales de media por las rentas de capital.

La vicepresidenta evitó dar esta última cifra y prefirió centrarse sólo en las rentas más altas. Así, subrayó que hay unos 100.000 contribuyentes por encima de 60.000 euros anuales de rendimiento del capital que pagarían, como media, unos 5.000 euros más al año. Y los que ingresan por esta vía más de un millón de euros, tendrán que tributar unos 30.000 euros más de media.

Fuentes del Ministerio resaltaron además que, de los 800 millones de euros que se ingresarían de más, 434 millones provendrían de las rentas con rendimientos del ahorro superiores a los 90.000 euros.

En todo caso, las previsiones sobre ingresos por los rendimientos de capital son difíciles de afinar, porque varía mucho de un año a otro y porque los cambios normativos, especialmente en las rentas más altas, provocan de inmediato cambios de comportamiento en busca de vías de optimización fiscal que acaban repercutiendo sobre los ingresos.

Salgado se explayó en ejemplos detallados de lo que supondrá la subida de la tributación de las rentas de capital para quienes más ingresan. En cambio, despachó en un visto y no visto la supresión general de la deducción de los 400 euros en el IRPF. Antes, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, había llegado a decir que en el Presupuesto "no se gravan más las rentas del trabajo", como si la supresión de esa deducción, por el hecho de ser reciente, no supusiese una subida de impuestos.

De hecho, el peso de la supresión de la deducción es tal que provoca que los tramos donde más vaya a crece porcentualmente la tributación en el IRPF son los que se sitúan desde algo por debajo de los 12.000 euros hasta los 30.000 euros, según los resultados de una simulación hecha por EL PAÍS con datos de Hacienda de 2007 que combina el efecto de la supresión de la deducción con el del aumento de los tipos para las rentas de capital (ver cuadro). Esos resultados deben tomarse como una aproximación al impacto que la subida del IRPF tendrá para cada tramo de renta.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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